-Elegí ser un Demonio. Bah, déjalo.
Así hice, no volví a hablar del tema en un rato, aunque seguía pensanso en ello, todo el rato. Primero que me haga daño, luego me cuida y me besa. Todo esto en un mes. No estoy loca, joder, quiero no estarlo.
×××
Ya han pasado unas semanas, él sigue aquí, a mi lado, Samantha no me habla, como todas mis falsas amigas, era de esperar. El frío me helaba las venas y descubrí el vino. Me pasaba las horas en la calle, nevando, y para no tener frío tomaba vino. Eso me calentaba, pero luego enfriaba, por eso corría hacia mi casa, a poner fuego.
"De suicida a alcohólica" dijo él en mi mente.
-Déjame en paz.
"¿Te dejo en paz?"
Me quedo quieta, con los ojos de par en par. Pestañeo ligeramente.
-¿Qué?
Una lágrima estúpida sale de mi alma.
-¿Qué? -temo a que se haya ido. Seguro que me oye.
-¿Qué? -digo más fuerte -¡¿Qué?!.
Empiezo a llorar, me duele la cabeza, alcohol. Me duele el cuerpo.
-No te vayas... no...
Lloro más, ¿Pero por qué? "No... te vayas... te quiero" pienso.
No sé porque quoero seguir teniendo a un demonio dentro de mi ser, si sólo menhace pensar en cosas negativas y... en fin es un demonio. Pero por otra parte ha estado ahí, ha sido el único en amarme de una forma u otra.
