Capítulo 8+Epílogo: Infected mind and skin.

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Joder, no saben cuánta felicidad es la que yo llevo adentro ahora mismo. Fueron los siete meses con quince días más duros de toda mi vida, no obstante, ese tiempo fue crucial para demostrar que cuando dije que amaría a mi novio Kirk Hammett sin importar qué cosas pasen, pues vale, no mentía. Lo demostré y comprobé, mi amor no fue en vano, valió la pena y fue recibido de la misma manera en que lo envié.

A día de hoy, mi pareja se encuentra totalmente sana. Todo mi esfuerzo brindó grandes frutos. Quizás él no vuelva a ser el mismo de antes, sigue teniéndole miedo a los insectos, pero ya no es una paranoia llena de llanto como antes. Sabe distinguir a la perfección lo que es real y qué no. Entonces, no hay nada de que preocuparse, nuestro romance transcurrió de manera corriente.

Sin embargo, nos quedó grabada para siempre una muy valiosa lección, que aunque te la repiten como loro en el colegio, es muy importante seguirla: No abusen de las drogas, puedes probarlas pero nunca con la intención de dártelas de chulo o algo así. Si no acabas en droga adicción lo que trae un montón de problemas fuertes, puedes caer en algo tan trágico como el Síndrome de Ekbom, es cosa de azar del destino. Nunca se sabe qué puede ocurrir.

Dejamos por completo el mundo de las drogas y aprendimos a vivir sin ellas, nos quedó claro que nada bueno éstas nos podían traer. Que la diversión sana también era buena, salíamos de fiesta de vez en cuando, no bebíamos como condenados porque temíamos que acabáramos en algún otro trastorno raro. Yo conseguí un empleo mucho más decente y Kirk también, terminamos siendo personas responsables.

Ya éramos viejos, ¿no? Treinta años y sin estudios universitarios, viviendo de la fiesta y trabajos paupérrimos. No, no podíamos quedarnos así. Acabamos madurando y aceptando nuestro lugar en la sociedad, sin perder la pizca de diversión como niños o adolescentes usual que conllevábamos antes. Claro, obvio era que nuestro romance proseguía siendo igual de candente y prometimos quedarnos juntos por lo que nos quede de eternidad.

Su mente y su piel fueron infectadas, pero, con paciencia y cariño se logró curar.

Un último consejo para ustedes: nunca juren amor eterno en vano, las palabras no sirven. Los actos son los que cuentan, si va a ser algo de una sola noche, no te molestes en decir siquiera un "te amo". Sean felices a pesar de que vengan enormes barreras opresoras, mantengan su sonrisa porque una vez que vean la luz salvadora como nosotros, más satisfechos no se sentirán.

Se despide, Lars Ulrich.

Infected mind and skin (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora