Al día siguiente, volví a la hora de siempre.
Él estaba ahí, en la misma mesa.
En mi mesa.
Con su casaca oscura, y gorro gris. Su frente estaba descubierta, pequeños rizos caían en los extremos, pero lo que más me intrigaba era su forma de vestir y es que ¿siempre vestía así? ¿con ropa oscura?
Lo observe mejor y parecía muy concentrado en algo.
Serio.
Esta vez estaba anotando algo en una libreta, no tan nueva, de cuero café.
¿que escribía?
Sinceramente había algo en él que llamaba mi atención, y no, no sólo era el hecho de que era muy guapo. Sino que había, algo más y no sabía que era.
Luego de analizarlo un buen rato caí en cuenta de que había pasado media hora; Liam me miraba con cara de pocos amigos. Reaccioné.
-¿sí, Liam?
- Sí, Liam - repitió
- Eh...
-Sí, ignora a tu amigo por el muchacho caliente de gorro gris - se cruzó de brazos y se volteo para no verme, era peor que una chica
-¿es en serio? - afirmó con un movimiento de cabeza - No te resientas, tu estas mucho más... ¿caliente? - reí - sí, eso. A veces me asustas ¿por que dijiste eso? No creo que a tu novia le guste que andes diciéndole a otros chicos que son calientes
- No le digas nada a Sophia
- No se lo diré si me traes mi té - le guiñe un ojo
- Ya te lo traigo - Y enseguida se fue.Había intentado buscar un empleo toda la mañana, pero no encontré nada, otra vez.
No podía seguir viviendo de la pensión que me daban mis padres. Esto era un problema.
Pasaron los minutos, empezaba a aburrirme y a pensar más de la cuenta.
¿Cuál será tú nombre?
Me puse los audífonos que llevaba dentro de mi bolso café y los conecté a mi teléfono.
En seguida una canción de Williamette Stone empezó a sonar."Breathe deep, breathe clear
Know that I'm here, know that I'm here
Waiting
Stay strong, stay gold
You don't have to fear, you don't have to fear
Waiting"-Sabes que estoy aquí... - dije para mi misma parte de la canción. ¿quién estaba aqui, conmigo?
Nadie...
Tal vez debería dejar de tomarme las cosas tan a pecho, en especial las canciones.
Liam se acercaba a mi con un vaso distinto, por lo que parecía podía ser café de vainilla.
Eso era nuevo. Iba a hablar, pero se me adelantó.
-Antes de que preguntes- hizo una pausa dejando el café en la mesa - pensé que tal vez querrías saber algo de ese chico y esto es lo que pidió. - No era amante del café, era muy amargo.
-gracias.
Casi nunca tomaba café y siempre me ponía a jugar con la crema que estaba en la parte superior de este, tenia un aroma estupendo, tome la cuchara que estaba a lado de la taza y la toque con suavidad, dibujando al final, un rostro de aspecto bastante gracioso.
Sinceramente, luego de terminar el dibujo me dio algo de pena destruirlo-disculpa señor nariz - le hable a la taza - pero, debes morir. - dicho esto, tome la cuchara y la metí dentro d e la taza y destruyendo mi creación. Empecé a reir llamando la atención del muchacho de aspecto oscuro, alzando la mirada y encontrándome con la suya, dejé de reírme de mi misma quedando totalmente muda por la profundidad que tenían sus ojos esmeralda y la forma en como me moraban. Nervios, era tan solo un efecto colateral de todo esto.
Baje la mirada y seguí con lo mio en silencio. Tome un poco del café que tenía en la taza, amaba el olor que emanaba este, pero el sabor seguía sin agradarme mucho ¿era el café siempre amargo? Aunque sea un poco, siempre lo era. Al menos así lo sentía yo; tardaría bastante en terminar esta taza.De vez en cuando subía la mirada, al hacerlo me encontraba con la de aquel muchacho de cabello alborotado ¿por que me miraba tanto? Me sentía algo intimidada por su acto, al mismo tiempo llamaba mi atención. No intentaba ocultarlo ¿por que lo hacía? ¿le divertía?
Sonrió ligeramente por dos segundos, en sus mejillas aparecieron un par de hoyuelos bastante marcados.
Lo observaba de vez en cuando, con mucha curiosidad. Él por su lado, no paraba de mirarme, es como si estuviera estudiandome o algo parecido.
Las horas pasaban y ninguno hacia otra cosa, sólo interpretar miradas y hablar sin palabras, creando así un idioma que solo ambos podíamos entender.
Pérdida, sin objetar o intentar huir, de aquellas esmeraldas que en sus ojos estaban atrapadas, pérdida en la fuerza de su mirar, en él. En su alma, pues ciertamente no era él, o yo. Eran nuestras almas, nuestra esencia, conociéndose y mezclándose entre si.
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cold coffe
FanfictionTal vez no conocía todo, tal vez nunca conocí nada. Pero de algo estaba segura y era que iba a averiguar que ocurrió exactamente. Su cabello castaño, sus ganas de ser libre y su mente complicada. Pero él no lo era todo ¿o sí? Había algo más, alguie...