*Capítulo 6

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2:15 A.M.
Es lo único que logró ver desde mi cama, la hora que marcaba aquel pequeño reloj en sima de mi mesa de noche.
Las cortinas abiertas, la luz nocturna entrando por mi ventana.
Entonces recuerdo aquella mirada profunda e intensa, no sé quién es, no sé algo tan simple como su nombre ¿por qué pensaba tanto en él? Di una vuelta sobre mi misma, mirando la puerta blanca a centímetros de mi; volví a moverme, las puertas de mi armario; una más, mi ventana de nuevo. 2:20 A.M.
Media vuelta, ahora observo el techo.
Sus ojos invaden mi memoria, todos mis pensamientos van hacia él, a sus ojos, sus labios. La piel se me eriza de alguna manera al pensar en él.
Sonrío. Me pregunto si algún día cruzaremos palabras, aunque sea un "hola". Lo dudo, parece tan serio, tan frío, tan pacífico.
Tal vez debería dejar de pensar en todo esto...
Intento, pero no puedo; no se ni en que pienso pues pienso en todo y realmente en nada al mismo tiempo, entonces simplemente me concentró en la ventana y lo que se puede ver a través de ella: las ramas y hojas de un árbol, unas cuantas estrellas y absolutamente nada más.
Luces nocturnas
A veces desearía desaparecer, ir tras esas luces y no volver jamás. Pero no puedo.
Desearía ser lo que todos esperan que sea, supongo que es por eso que me fui de casa; había demasiada presión.
Desearía poder hablar y expresarme, ser libre hasta de mí pues mi mayor obstáculo soy yo ¿que puedo hacer? Si la soledad es una de mis mayores compañías ¿hay alguien aquí que podrá amarme? ¿a caso existe alguien que realmente no me deje jamás? Alguien que promete y cumple, alguien que... Cuide de mí.
Y si existes ¿donde estás? ¿eres real o producto de mi imaginación?
Así que sólo observó la ventana y no digo nada más, me concentro en las ramas del árbol y de las sombras que hay ahí. A veces creo que sería bueno que deje de indagar tanto por mi mente, de imaginar cosas que tal vez no pasarán nunca, de algo que dentro de mi sé que no pasará, debería no hacerlo pues ese es mi botón de auto destrucción, que va poco a poco consumiendo cada parte de mi hasta hacerla nada, algo tan insignificante que hasta una pequeña mancha en el piso importa más. Debería, tal vez, simplemente dejar de soñar en todo esto pues ni hago más que lastimarme.
- No es nada - me digo a mi misma en silencio - no es nada - repito una y otra vez hasta que me quedo dormida.
-Pero para mi sí es algo - habla una voz en mis sueños, tan lejana que a penas logro escucharla ¿qué es esto?
- No es nada - grito, esperando que aquella voz conteste, pero no lo hace - yo soy nada - digo, pero esta vez tan bajo que a penas y yo me escucho
-Tu nada es para mí, todo. - aquella voz a lo lejos causa en mi una sensación tan extraña, tan nueva, que hace que despierte.
Miro mi reloj, 9:15 A.M
Es tarde, pero no puedo dejar de pensar en lo de anoche.
Debería levantarme y seguir con mi día y con mi intento de buscar trabajo. Intento distraerme caminando y ordenando, pero no puedo hacerlo bien, dirijo mi mirada hacia el techo cerrando los ojos con fuerza recordando esas palabras

"Tu nada es para mí, todo"

No puedo contenerlas más y solo dejo que salgan. Lloro un poco, pues no me gusta hacerlo pero ya no se que hacer conmigo misma, no tengo a nadie.

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⏰ Última actualización: Dec 14, 2015 ⏰

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