¡Te odio!... ¿Pero me gustas? [RinxLen] •Editando•

Capítulo 3 [Editado]

Me había quedado atónita al oír su nombre, no puedo creer que alguien sea capaz de hacer tal acto. Me costó un poco reaccionar, pero antes que se fuera tomé la naranja que le había tirado a Rinto hace unos momentos atrás.

—¡Idiota! —le tiré la naranja en la cabeza provocando que Len se desmaye.

—¡Rin! ¡¿Por qué hiciste eso?! —exclamó mi madre sorprendida.

—Se lo tenía merecido —respondí cruzándome de brazos.

—Asesina de naranjas... —susurró Rinto.

—¡No me llames así! Eh, eh... —me quedé pensando en un insulto durante unos segundos.

—¿Rubio oxigenado? —propuso mi hermana en un susurro no del todo segura.

—¡Sí, eso! Rubio oxigenado.

—Tú también eres rubia, idiota.

—Se dice baka —interrumpió Rui.

—¡¿Y a quién le importa?!

~Len~

Desperté con mucho sueño, tratando de recordar por qué, al hacer memoria me acuerdo de que ayer estuve hasta tarde con Rinto porque había llegado el día anterior. Luego de un rato decidí vestirme, ya listo fui a tomar desayuno.

Estaba Lenka y Rei sentados tomando café con pan.

Lenka y Rei son mis hermanos. Lenka es de la misma estatura que yo, también es rubia y de ojos azules, tiene el cabello largo amarrado por una cola, ella es un año mayor pero actúa como la madre de la casa y Rei es casi igual a mi pero con el pelo teñido de negro, el es el mayor por dos años, pero él actúa de mi edad.

—Hola Len, ¿Cómo dormiste? —saludó mi hermana con una sonrisa.

—Hola Lenka —imité su gesto— bien ¿Y tú?

—Igual, gracias por preguntar.

—Hola Rei, ¿Cómo has estado? —le saludé sin quitar la sonrisa de mi rostro.

—Bien... eso creo.

—¿Por qué? —cuestioné intrigado.

—Nada importante —respondió.

—Bueno, si no quieres decirnos no te podemos ayudar —habló Lenka encogiéndose de hombros.

—¡Dije que no es importante! —exclamó para luego irse.

—Ay que sensible... Es como si a los hombres le llegara la menstruación —comentó con ironía la mayor.

—¡Lenka! Que asco, no digas esas cosas —me quejé frunciendo el ceño.

—Que asco ni que nada, esta es la realidad Len —me regaño la rubia.

—Si, pero es asqueroso —dije haciendo una mueca.

—Como sea, ¿Qué quieres tomar? —preguntó en un tono amable levantándose de su asiento.

—Sólo dame un café —respondí acomodandome en la silla.

—¡Claro!

Para ser sincero, creo que mi vida es perfecta, pero claro como siempre, hay días soleados y días lluviosos. Luego de tomar desayuno fui a mi habitación para ordenar, porque estaba hecha un desastre.

~Dos horas después...~

Después de ordenar me senté en un sillón pequeño que tenía ahí, al sentarme me di cuenta de que estaba el teléfono de Rinto, ay por Dios... Rinto y su memoria, se lo tendré que devolver.