Un Amor Infinito

CAPÍTULO 2

La primera clase que nos tocó con el sustituto se pasó volando, y ahora toca la segunda clase en la que nos dividimos, nos tocaba química y la clase se dividía entre secciones y no secciones. En la clase de secciones estaban Skarlet y Ryan de personas que conocía, aparte están Jason, Mike, Tatiana, Elisabeth, Marck, Cloe, Theressa y una amiga de Molly, creo que se llamaba Steph.

La profesora de química llegó, y no tardó nada en ponerse al día y nombrarnos uno a uno. Después de repasar la lista, estuvo intentando memorizar todos los nombres, lo cual no le resulto nada complicado, todo lo contrario, tenía una memoria impresionante, hasta se acordaba de cuando tenía 2 años.

-Bien clase, ahora empezaremos haremos como un ontrol pero va a ser como un juego, el que más respuestas acierte, le subirá un punto en la nota del próximo examen.- No podía dejarlo pasar necesitaba conseguir ese punto.- Primera pregunta...- Hizo una pausa y luego prosiguió.- ¿Cuál es la letra del elemento químico conocido como óxido?

Aquella pregunta era tan fácil que no hizo falta ni que diere diez minutos más para los que no sabían nada. Pero solo era una pregunta para calentar, luego empezó a decir preguntas mucho más difíciles, pero puede contestarlas, aunque algunas me costaron más que otras.

Al cabo de un rato, es hora de comprobar las respuestas, y al parecer yo iba ganando, a la vez que Mike, ese chico si que era listo, tuvimos que hacer una pregunta más para desempatar, pero quedamos empatados otra vez, la profesora en vez de seguir con el desempate decidió ponernos un punto a cada uno, lo cual no estaba mal.

Cuando la clase acabó ya era hora del recreo, y Mike se acerco a mi para darme la enhorabuena y ya de paso estuvimos hablando un poco, y quedamos para estudiar hoy por la tarde en el parque de al lado del instituto. 

- Nunca había quedado empatado con alguien en este tipo de concursos, es un alivio estar con alguien que estudie tanto como tu.- Dijo mientras se limpiaba las gafas con su jersey.

Mike era un chico, con el pelo moreno y un montón de granos por toda la cara, pero, aparte de eso era muy amable y bastante listo.                                                                                                         

-Si la verdad es que antes no estudiaba tanto pero desde que empecé a bajar las notas decidí ponerme las pilas.

-Ya, lo malo de ser un empollón son las palizas que te pegan los matones, por así decirlo, o los insultos de las niñas pijas.- Dice al colocarse las gafas perfectamente. 

Mientras hablamos, Scarlet me espera en la puerta para ir juntas abajo. Cuando me despido de el Scarlet me mira con una sonrisa maliciosa.

-Vaya parece que a alguien se le da bien el primer día.- Ríe mientras vamos bajando por las escaleras.

-No pasa nada por hacer amigos.- Río hasta que nos encontramos con Molly y con Steph.

Molly iba riéndose todo el rato mientras Steph iba cabizbaja, es evidente que algo le pasaba, pero es igual no me interesa en absoluto.

-Hombre, si son la angustias y la jardinera.- Se reía a la vez que le daba un codazo a Steph para que la siguiera. 

Incluso después del codazo seguía con el mismo ánimo. Se que no debería preocuparme pero no puedo evitar preguntarla que le pasa.

-Steph, ¿estás bien?- Ella me mira algo enfurecida.

-¿Quién eres tu para preguntarme si estoy bien o no? Métete en tus asuntos jardinera.- Sus palabras me dolieron, pero no le di mucha importancia.

Mientras se alejaban, Scarlet me mira de reojo y sorprendida a la vez, como si no daba crédito a lo que había visto y oído. Seguimos caminando hasta llegar a la cafetería para pedirnos unos bocadillos. Pero al salir, nos encontramos con Ryan besándose con Molly. 

<<¿Cómo le puede gustar esa choni?>> Pensaba mientras me quedaba embobada mirándolos, hasta que Ryan se dio cuenta y paró un instante, pero ella le volvió a besar aunque el no se lo esperaba.         Cuando pensaba eso me daban ganas de decirles que se vayan a un hotel, pero si lo hacía seguro que me hacían algo a si que preferí no meterme.

El recreo llegó a su fin cuando el timbre sonó, pero lo peor es que al subir todos daban empujones y no paraban hasta que no llegaban a sus clases, yo de vez en cuando daba empujones a los que me lo habían dado. Pero cuando llegué a mi clase fue un alivio, o eso pensé hasta que Molly me hizo la zancadilla cuando me iba a mi sitio.

-¿Qué pasa no tienes a nadie a quien molestar?- La fulminé con la mirada, pero ella no dudó en levantarse y darme un empujón,

-Vi como te quedabas embobada cuando me liaba con Ryan, no quiero que vuelvas ha hablar con él.- No hice caso a su advertencia y en cuanto me iba a sentarme agarró del brazo con fuerza y me levantó de un salto.- Más te vale no acercarte ni hablar con el, ¿entiendes jardinera?

-Perfectamente choni.- Aunque le molesto que la hablara así decidió soltarme y largarse a su mesa como si nada hubiera pasado.

Las siguientes clases se me hicieron eternas, no entendía como Scarlet no se quedaba dormida en clase de historia, ni como pude sobrevivir en clase de lengua con las interminables preguntas de lengua.

<<¡Al fin!>> Pensé cuando tocó el timbre para que nos fuéramos todos a casa. Para mi desgracias, cuando me disponía a salir del aula me choqué con Ryan, que se le había olvidado la chaqueta. Al chocarnos se me cayó el cuaderno y en cuanto me agaché a por el, el me lo recogió muy amablemente y me lo ofreció. Cuando lo cogí le dí las gracias y me fuí rápidamente, rezando para que Molly no me haya visto, pero, fue un alivio verla fuera cuando salí, <<No pasa nada, ella no ha visto nada>> me recordaba una y otra vez.

Mi madre ansiosa, me vio y no tardo en dar pitidos para que me diera prisa. En ese momento me daban ganas de irme y decirle a la madre de Scarlet que me lleve a mi casa. Cuando monté en el coche mi madre estaba desando verme para preguntarme la típica pregunta de siempre.

-¿Qué tal tu primer día?- Quise decirle que me fue fatal, una choni se metió con mi ropa, me amenazó y casi me caigo por su culpa. Pero decidí callármelo.

-Muy bien, pero prefería haberme quedado en Orlando con Tatiana.- Tatiana tenía el pelo negro y rizado, los ojos marrones, era alta y con una sonrisa que destacaba entre las demás, pero, además de eso, era mi mejor amiga.

-Pero hija, si nos hemos mudado no ha sido por gusto, y lo sabes.

-Ya lo sé mamá.

Nos habíamos mudado porque mi padre había encontrado trabajo aquí, intentamos convencer a mis padre para que no tomaran esa decisión. Tatiana y yo hicimos un trabajo diciendo el daño que causaría esta mudanza. Cuando lo enseñamos mis padres decidieron ir en busca de otro trabajo en Orlando, pero, no hubo suerte, y nos tuvimos que mudar aquí.