Mi primer día terminado, los deberes hechos. Ya no se me ocurría que hacer después de toda la tarea que no san mandado y visto que no tenía nada que estudiar, decidí llamar a Tatiana por Skype. Tuve que esperar un poco a que contestara y mientras tanto puse un poco de música hasta que contestó.
-Hola Tati.- La llamaba así porque era su apodo y el mio era Mandy.
-Hola Mandy, te echo mucho de menos.- Hice una mueca de fastidio porque yo la echo más de menos que nunca.
-Si tu supieras lo que te he echado de menos yo a ti...- Nos empezamos a reír y seguimos hablando sobre nuestro primer día de instituto.
Estuvimos hablando durante tres horas hasta que Tatiana se tuvo que ir a ver a sus abuelos y yo continué aburrida, a si que decidí echarme una ligera siesta, pero, cuando me tumbé y cerré los ojos no hacía nada más que dar vueltas y arroparme hasta las cejas con la sábana.
Después de tantas vueltas conseguí dormirme, pero no fue mucho, desperté sobresaltada por una pesadilla y desde ese momento decidí levantarme y preguntarle a Scarlet si quería dar un paseo en bici. Cogí el móvil y la llamé, ella lo cogió al instante y contesto rápidamente, no se parecía en nada a Tatiana.
-Hola Scarlet.- Dije algo nerviosa porque la acababa de conocer.
-Ah, hola Amanda ¿que quieres?- Preguntó curiosa y animada.
-Esto... me preguntaba si querrías ir a dar un paseo en bici o andando, lo que tu quieras.
-Mm... espera.- Llama a su madre y se lo pregunta y se le oye decir que si.- Si, ¿te parece bien a las cinco?
-Si estupendo, ¿dónde quedamos?
-En la calle Star, ¿vale?
-De acuerdo.
Cuando colgué el teléfono después de despedirme de ella y no tardé un segundo en arreglarme y decirles a mis padre que me iba a dar un paseo en bici. Pero tarde un rato en inflar la bici, por no hablar de que por culpa de las ruedas me manché los pantalones y me los tuve que cambiar, genial.
Cuando llegué al punto donde quedamos Scarlet me hacía señas a lo lejos, me dirigí hacia ella y la sorpresa que me llevé es que detrás de ella había una niña de aproximadamente diez años.
-Hola Amanda, esta es mi hermana Judit.- Dijo mientras la acariciaba el largo pelo castaño que tenía mientras la niña se ponía roja y se escondía detrás de ella.- Es muy tímida.- Susurró para no preocupar a la chica.
-Encantada Judit ¿cuántos años tienes?- Esta no respondió y permaneció en silencio, al ver su timidez la dediqué la mejor de mis sonrisas para que confiara en mi.
-Tengo siete años. -Me quedé sorprendida, hubiera jurado que tenía diez ya que era bastante alta.
- Bueno pulguita ha dicho mama que solo quedarte a esperar, ahora ve a casa.- La ternura con la que trataba a la niña me recordaba a la de mi hermano mayor, pero tenía tanto trabajo que casi no le veíamos en casa.
-Jo... es que es muy pronto y me aburro mucho.- Se ponía de rodillas para que la dejara irse con ella pero Scarlet negaba con la cabeza intentando no herirla.
-Mira se que no te dejo que juegues con mi ordenador pero solo por hoy te dejo. - El rostro de la pequeña se iluminó y una amplia sonrisa inundó su cara.
- Gracias tata prometo no hacerle nada a tu ordenador.- Me daba envidia, ya que mi hermanito pequeño le daría igual lo que le dijera y cogería mi ordenador de todos modos.
En cuanto Judit se fue dentro de su casa que seguramente sería la de Scarlet, como para no saberlo, nos pusimos en marcha sin más dilación. La verdad es que Scarlet me recordaba a Tatiana, solo que ella era pelirroja y tenía los ojos azules y como todas las pelirrojas tenía pecas, pero era amable y simpática y muy graciosa, lo malo es que casi siempre se quejaba por todo y se cabreaba con nada, pero, eso es lo de menos.
- Bueno ¿qué te parece Londres? Se que no es igual que Orlando pero... al final te acostumbras.
-La verdad es que de momento me está gustando, pero me gustaría que estuviera mi amiga aquí.- Empecé a echar de menos a mi amiga, a mi casa, mis compañeros de instituto, hasta echaba de menos a las pijas de mi clase.
-¡Oye! no me has hablado de tu amiga.- Me miraba con curiosidad y alegría y no quitaba sus grandes ojos azules de mi.
-Bueno, pues mi amiga se llama Tatiana y tiene mi edad.- Hago una pausa y suspiro.- Tiene el pelo negro y rizado y los ojos marrones, y todas las personas que conozco es la que tenía una sonrisa que destacaba entre las demás.
Scarlet se quedó boquiabierta al oír la descripción de mi amiga, era como si nunca hubiera visto a una persona con ese aspecto. Después de estar bastante tiempo pedaleando, paramos para descansar porque estábamos sudando como cerdos.
Mientra yo bebía un buen trago de mi botella de agua Scarlet de quedó mirando por detrás de mi, como si hubiera alguien que no es muy bienvenido, y como no, era Molly con Ryan cogido de la mano. <<Por favor, que alguien me pegue un tiro.>> Supliqué dentro de mi cabeza, porque desearía haber muerto de calor que haber tenido que parar a descansar aquí.
Molly me fulminó con la mirada, para advertirme de que me alejara de él, en mi interior me decía: ¿Y si me pongo a tontear con Ryan delante de sus narices?. En seguida quité esa idea de mi cabeza, no quería ser el enemigo de nadie ni tener que estar peleando por un chico.
Pero lo peor, es que en cuanto Ryan me vio y me saludó, me quedé entre saludarlo o no contestar que en realidad mi enemigo fuera él. Entonces dejé de ser una miedica y le devolví el saludo a Ryan y encima me quedé hablando con él.
-Hola chica nueva, ¿estás dando una vuelta para manejarte por Londres?- Asentí con la cabeza mientras me quedaba perdido en sus grandes y profundos ojos verdes, eran tan bonitos, tan brillantes.
¿Pero que me está pasando? Me estaba enamorando del novio de Molly, seguro que esto me traería más problemas de los que tengo, genial el primer día, porqué le he tenido que hacer caso, me tenía que haber callado y hacer como si no lo hubiera visto ni oído, pero es que tampoco lo podía resistir, necesitaba hablar con el, conocerlo mejor.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Infinito
Teen FictionPRÓLOGO ¿Qué es el amor? Algunos dicen que es el sentimiento que te hace sentir libre y que mueve cualquier barrera, otros me dicen que es el arma que usan las personas sin escrúpulos para aprovecharse de los demás. Pero yo no entendía ninguno de l...