Capítulo 3

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  Bonus track: MMD de Pippi y Yandere-chan bailando Cantarella, configurado por mí. Link en multimedia. 

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-... Maldición... -dijo Pippi, mirando la pantalla frente a ella. Estaba en negro, al igual que todo el resto del salón de computación.

-Creo que se cortó la luz... -agregó Yandere-chan, mirando a su alrededor con miedo. Por las ventanas se oía la lluvia caer, y la calefacción se había apagado, por lo que había comenzado a hacer frío.

-Parece que se cancela la sesión de hoy -respondió-. Iré a casa.

La pelirrosa estaba a punto de dirigirse a la puerta, pero Yandere-chan le tomó la muñeca antes de que pudiera irse.

-Pippi-chan, no puedes ir a casa ahora, hay una tormenta muy fuerte...

-Pero tampoco podemos quedarnos en la escuela -acotó.

-N-no voy a irme de aquí -dijo Yandere-chan tiritando-. Por favor, Pippi, no quiero estar sola... quédate conmigo...

-... Ah, está bien. Me quedaré aquí -respondió, volviendo hacia la yandere y sentándose sobre la silla junto a ella-. Está empezando a hacer frío...

-L-la calefacción se apagó... -comentó-. E-esta ropa no me abriga nada...

-Si estuviera en mi hogar podría seguir jugando osu -susurró-. En cualquier momento va a entrar agua aquí...

-A-al menos estoy contigo -dijo Yandere-chan rodeándose con sus brazos-. En serio hace frío, ¿p-podrías abrazarme...?

-Como quieras. -Pippi intentó inclinarse sobre su amiga para abrazarla, pero ambas estaban distanciadas por sus sillas, por lo que en cualquier momento alguna de las dos caería sobre la otra. Retrocedió-. No puedo abrazarte así, no tenemos equilibrio...

-Ya veo... -respondió aún tiritando-. ¿Puedo sentarme en tu falda...? -preguntó, algo tímida.

-¿Ah? -preguntó confundida-. ¿Para qué?

-P-podrías abrazarme y no nos caeríamos -dijo.

-Está bien. Siéntate.

Yandere-chan se levantó de su asiento para sentarse sobre la pelirrosa, quien se acomodado en la silla. La pelinegra rodeó su cuello con sus brazos, mientras que Pippi ni siquiera le devolvió el abrazo.

-Abrázame tú también, p-por favor -pidió.

-Oh, claro -respondió antes de rodear su cintura.

-¿Por qué eres tan fría conmigo...? -preguntó Yandere-chan.

-¿Fría? ¿De qué me estás hablando? -dijo, con aún más indiferencia.

-De ayer a hoy pasaste a ser alguien muy distante, Pippi... -respondió-. ¿Y-ya no somos amigas o algo así...?

-Oh, eso. Bueno...

-Además juegas peor osu, es tu juego favorito... -la interrumpió-. Dime si te sucede algo, ¿sí...?

-En serio, estoy bien. No te preocupes por mí -dijo Pippi, antes de besarla en la frente para disimular. Luego observó la lluvia por la ventana, la cual había comenzado a caer con incluso más fuerza que antes. Un rayo se reflejó y poco después se escuchó un trueno, por el cual Yandere-chan se aferró con más fuerza a su amiga.

-L-la lluvia no terminará hasta dentro de mucho... -dijo tiritando.

-¿Qué hora será? -se preguntó Pippi, mirando a una de sus muñecas, dándose cuenta que no tenía ningún reloj.

-L-los relojes de la escuela deben estar parados... creo que tendremos que quedarnos aquí un tiempo...

-Tendría que llamar a mis padres -acotó-. Pero no hay teléfono... ¿a los tuyos les molestaría que te quedaras toda la noche en la escuela?

-No te preocupes -respondió Yandere-chan-. Se fueron de casa hace más de un mes, no volverán pronto...

-¿Ah? ¿Por qué se fueron?

-Trabajo -dijo rápidamente-. S-se fueron por trabajo.

-Ya veo -respondió Pippi. Intentó mover su pierna por impulso, y sintió un hormigueo molesto en la punta de su pie-. ¿Podrías bajarte, por favor? Mi pierna está empezando a dormirse.

-P-pero tengo frío... -tartamudeó Yandere-chan-. ¿Puedo seguir abrazada a ti...?

-Déjame pensar... En la enfermería hay camas, ¿verdad? -pensó en voz alta.

-Ajá...

-Podemos cubrirnos con eso hasta que la lluvia pase. La enfermera ya debió haberse ido... -agregó Pippi-. Será mejor que bajemos allí para no tener frío. ¿Qué dices?

-B-bien... -dijo Yandere-chan antes de bajar de la falda de Pippi y dirigirse hacia la puerta junto con ella-. P-pippi, está muy oscuro... ¿Puedo tomar tu mano...?

-¿Huh? Claro -respondió mientras se la extendía. Ambas bajaron las escaleras, intentando tantear las paredes por la falta de luz. Luego de unas caídas, llegaron a la enfermería, la cual por suerte no había cerrado entonces. Sin embargo, la enfermera no estaba.

Las ventanas también reflejaban las gotas de lluvia y los relámpagos, pero no se sentía tanto frío como arriba gracias a que ambas estaban cubiertas por sábanas, que, a pesar de ser finas, eran mejor que nada.

-¿Podemos dormir juntas...? -preguntó Yandere-chan, apenas se sentaron sobre los colchones-. M-mantendremos mejor el calor así...

-Seguro -respondió, haciéndole un lugar en la cama de una plaza. Ambas estaban prácticamente pegadas, y poco después comenzaron a relajarse.

-T-te quiero mucho, Pippi-chan... -dijo la yandere, acomodando su cabeza en la almohada-. Eres mi mejor amiga...

-También te quiero -dijo, como si lo hubiera escupido. Poco después, ambas cayeron dormidas, pero Yandere-chan no pudo ver la única lágrima que salió del ojo verde lima de Pippi, empapando su almohada y su flequillo-. También te quiero...




Ella sí me nota [GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora