CAPITULO 21

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"Eres el juez de tus propios actos y el árbitro de tu propio destino"

Owen

Los días habían pasado y realmente estaba siendo más fácil asumir que Maisha tendría un bebe, lo único que todavía no podía soportar era que tuviera contacto con Jonás, no sabía cómo era en realidad, pero realmente él y yo nunca tendríamos una amistad, él era diferente a mí en muchos aspectos y lo quería lejos de ella, sólo que me preocupaba perder a Maisha, y si ella decidía irse con el yo no la detendría porque ese bebe se merecía tener una familia y no a dos padres separados.

Era un día normal, había salido de casa sin despedirme de Maisha, últimamente se levantaba más tarde de lo normal, el embarazo la cansaba y los continuos vómitos la agotaban más, llegue al taller como era de costumbre y estuve hablando con las personas que estaban a mi cargo, tenía varios coches que arreglar y unos cuantos a los cuales agregarles más potencia a los motores, habíamos empezado y ya llevábamos más de la mitad de trabajo cuando me avisaron que alguien preguntaba por mí, al principio pensé que había sido Maisha quien había venido, pero cuando me acerque a la mujer que estaba en la entrada me di cuenta que era Anita.

-Hola Anita, ¿cómo estás? ¿A qué debo tu visita?- no sabía que estaba haciendo aquí

-he venido a verte, hace tiempo que no nos vemos y te he extrañado.

-Anita sabes que ahora estoy con Maisha, lo que tú quieres yo no te lo puedo dar.

-ya lo sé, pero eso no importa, tu y yo somos amigos, debemos de salir por una copa, sabes que nuestra amistad es algo muy bonito.

-claro que si lo recuerdo, si quieres podemos ir almorzar, ya es mi hora de salida, vamos y nos ponemos al tanto de nuestra vida- le sonríe y le dije que me esperara, entré al taller y les ordene que terminarán el trabajo, me arregle un poco y salí- bueno ahora ya estoy un poco presentable, vamos aquí en la esquina hay un restaurante muy rico.

-está bien, la verdad muero de hambre.

Llegamos al restaurante y pedí una mesa, ordenamos la comida mientras ella bebía vino y yo un vaso de cerveza

- y que tal como te va- dije recostándome en la silla y prestándole atención.

-me va muy bien, he conseguido empleó en una revista que está de moda, al fin podré escribir artículos.

-me alegró mucho eso era lo que siempre habías soñado ¿y qué tal es?

-pues me siento muy cómoda ahí, aunque es muy estresante y los jefes no ayudan, ¿y tú que tal? ¿Cómo va tu relación?

-pues yo estoy bien, el taller va aumentando, estamos pensando abrir otro, ya soy uno de los dueños, y con mi relación todo va bien, debo aceptar que he tenido algunos problemas, pero nada de importancia.

-Owen ¿eres feliz?

No sabía que responder, la verdad era que si era feliz pero algo en mi interior no me dejaba serlo

-claro que soy feliz- creo que vio la duda en mis ojos.

-sé que lo eres, es sólo que te veo un poco diferente, me gusta este Owen calmado, así que la psicóloga si sirvió.

Sonreí y ella me agarró de la mano, sabía que no podía ocultarle nada, me conocía muy bien, pero se quedó en silencio.

-claro que sirvió, la cosas cambian y me he tranquilizado un poco, ya no soy el mismo hombre del pasado, mira que mi hermana tendrá un bebe, seré tío

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