NARRA IRINA
"Mamá"
... Escucho la voz de mi hija, como si estuviera justo a mi lado, susurrando a mi oído y a medida que voy sumergiéndome más en el sueño, la veo correr hacia mí, a través de un enorme jardín verde, que nunca antes había visto y tan hermoso que sólo podría existir en un sueño. El vestido blanco que trae mi niña se sacude con el viento mientras corre hacia mí, provocándome una sonrisa de felicidad cuando la tengo entre mis brazos, se separa y me mira a los ojos, su rostro resplandece y se ve perfecta, un poco más grande, y el azul de sus ojos se ve más intenso de lo que recuerdo. Toma mi mano y pone en ella una rosa blanca, su tacto es tan delicado cómo las alas de una mariposa, casi ni se siente, es parte de lo irreal pero a la vez perfecto que es todo esto; y luego ella se aleja de mí y corre hacia otro extremo donde logro ver a Flavio quien la atrapa, abrazándola también con una sonrisa en el rostro, no sé en qué momento ella lo hala de la mano hacia mí pero sé que de repente, lo tengo al frente... su tacto suave vuelve sobre mi mano que sostiene la rosa y la acerca poco a poco a la mano de Flavio, haciendo que entre los dos rodeemos el delgado tallo con nuestras manos, las de él alrededor de las mías, mientras sus ojos están fijos sobre mí y ninguno de los dos ha dejado de sonreír. Es ahí cuando Emily comienza a alejarse corriendo, pero no siento angustia porque se está yendo de nuevo, sólo sonrío mirándola correr por ese jardín, dando pequeños saltitos, Flavio me rodea con su brazo por los hombros y ambos la miramos sonriendo hasta que ella se detiene, nos mira desde lejos y se despide agitando su pequeña mano, viéndose tan feliz, tan sana, tan llena de vida y cuando hecha a correr de nuevo desaparece poco a poco. Su padre y yo sólo miramos como se esfuma, sonriendo, abrazados y juntos tal y como ella nos dejó y de repente abro los ojos, dándome cuenta de inmediato que fue sólo un sueño, pero por primera desde que supe la verdad, ese vacío no se apodera de mí cuando despierto cómo sucede cada mañana sino que es reemplazado por una pequeña sonrisa satisfactoria, al fin y al cabo esa es mi única esperanza de volver a ver a mi hija.Aparto la sabana quitándomela de encima y me levanto de la cama. Es tarde, deben ser alrededor de las diez de la mañana. Hay una bandeja con desayuno sobre la mesa de noche, mi madre siempre tan atenta. Junto a él hay una nota donde dice que ha salido a comprar algunas cosas, mi madre y las compras se llevan bien así qué estoy segura de que tardará una eternidad. Bebo un poco de café que ya ha empezado a enfriarse, pero está delicioso y como algunas tostadas... ella está en mi mente, cómo siempre. Me pregunto que estaría haciendo ahora si siguiera con vida pero trato de eliminar ese pensamiento rápidamente antes de que mis tostadas tomen un sabor salado.
Al lado de la bandeja sigue esa libreta que mi madre me dio ese día, luego de que se fueran todos. Ha estado sobre el buró, al lado de la cama durante todo este tiempo y no me he animado a abrirlo, tal vez me había causado cierto temor enterarme de algo más ella dice que yo lo escribí, algo que en realidad no recuerdo, por lo que supongo, comencé a hacerlo luego de la muerte de Emily. Tomo el pequeño cuaderno azul, lo abro y me echo hacia atrás sobre mi almohada para leerlo, sólo con la esperanza de encontrar un poco de luz a la oscuridad que ha dejado la falta de memoria en mi cabeza.
4 de enero, 2013
Hoy fue un día difícil sin ti aquí mi amor, después de casi 3 meses de tu partida, toda la familia estuvo aquí reunida por primera vez sin ti. Me pregunto si te hace feliz verme sonreír, hoy logré hacerlo un poco mientras veía a la familia platicar de cosas agradables, incluyendo a tu papá... sé que él también te extraña sin embargo se ve feliz y mientras lo observaba, me sobrecargaba una mezcla de sentimientos de tristeza y felicidad, porque me gusta verlo feliz, sin embargo me entristece. ¿Cómo puede continuar? ¿Cómo puede reír siquiera si tú no estás aquí? Sé que eso no significa que el te extraña o que te amaba menos que yo, pero para mí aún se siente extraño reír. ¿Hasta cuándo sentiré esto? Espero que un día pueda aprender a ser feliz de nuevo sin sentir que te traiciono...
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