CAPÍTULO 23
NARRA IRINA
La tarde fue simple, comimos en medio de una plática agradable, le comenté acerca de mi posibilidad de volver a trabajar pronto y me animó tanto que incluso ya estoy ansiosa por retomar esa parte de mi vida. Había olvidado lo bien que me hacía hablar con él, contarle mis miedos, mis deseos, todas esas locuras que llegan a mi mente que sólo con él comparto y el al igual conmigo. Hicimos el amor una vez más, intensamente, volví a tocar el cielo y cada vez que pienso en todo lo que me hace sentir Flavio mi piel se eriza y ahora estamos desnudos en el sillón de la sala.
-Eso fue grandioso -Besa mi frente mientras yo trazo líneas incoherentes sobre su pecho desnudo -Quiero hacerte el amor todo el día, aprovechar por cada segundo que no estuvimos juntos
-Yo no tengo ninguna objeción ante eso
El tiene un brazo debajo de mi espalda y con la otra acaricia mi vientre, cuando veo que frunce el ceño, se ve preocupado
-¿Esto acabo de hacértelo?
Miro mi cuerpo y noto que mis caderas tienen marcas rojas, parecen azotes pero son sólo las marcas que dejaron sus manos sosteniéndome mientras me hacía suya de pie junto al mesón
-Sí -Río suave, aunque el sigue pareciendo preocupado -Creo que perdiste un poco el control
-Irina no me dijiste que parara
-Te mataba si parabas en ese momento
-Muñeca, pero te lastimé
-No me lastimaste. Estoy bien, esto desaparecerá solo, ni siquiera me duele.
- ¿Estás segura? -Pregunta de nuevo y yo pongo los ojos en blanco
-Sí. Ya deja de preocuparte tanto -Lo beso suavemente y muerdo su labio inferior un segundo - ¿Te has dado cuenta de algo? -El frunce el ceño -Hemos estado haciendo el amor, sin cuidarnos
-Eso está perfecto
-¿Qué? -Lo miro sorprendida -Pero, la última vez que hablamos de tener hijos tu me dijiste que no...
-En ese momento no podía, recuerda que tu creías que seguíamos casados y todo eso
-Oh si... es verdad. Pero es que...
-¿Qué pasa? -Acaricia mi mejilla y coloca un mechón de cabello tras mi oreja - ¿No quieres que tengamos más hijos? -Tener hijos es lo que más quiero, agrandar nuestra familia sería maravilloso. Sólo que tengo algunos pero...
-Creí que a lo mejor querías ir despacio, no sé... estamos volviendo a empezar
-Irina yo no necesito ir despacio contigo porqué no tengo la mínima duda de que contigo es con quien voy a envejecer -Expresa sonriendo -Ya hemos perdido mucho tiempo ¿No crees? Y no somos una pareja de adolescentes ya estamos viejos y los años no vienen solos
Río ante eso y tiene razón. Pero... la idea de tener otro hijo me pone un poco nerviosa, antes quería tenerlo pero me enternecía la idea de ver a Emily con un nuevo hermanito, ahora que sé que ella no está, siento que puede incluso ser emocionalmente difícil tener un nuevo bebé aquí, será pasar por el mismo proceso que con ella, lo cual traerá muchos recuerdos que dolerán. Además ¿Qué tal que algo vuelva a salir mal con este bebé? ¿Cómo sabremos que nació bien y que no tiene lo mismo que Emily? Miles de pensamientos inundan mi mente de madre en duelo.
-Irina... -Me habla de nuevo y vuelvo al aquí y al ahora -Si aún no quieres yo lo entenderé ¿Sí? Comenzaremos a usar anticonceptivos si así lo prefieres