Parte 1: El disparo

198 32 8
                                    

Ya faltaban 5 min para terminar las clases y empezar el verano. Yo estaba pensando en lo que haría estas vacaciones: ir a la playa, visitar el pueblo, recibir las notas, quedar con amigos... Mientras pensaba en todo eso no me di cuenta de que...¡faltaban 10 segundos para terminar! Toda la clase nos pusimos: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, ¡termina el instituto!

Nada más salir, en lugar de ir a mi casa, me dirigí a una de las cuevas que están detrás del bosque de las afueras de la ciudad. La misma ciudad, San Mikaela. Siempre iba a aquel lugar desde que era pequeño. Llegué a bosque y cogí el atajo que conocía yo perfectamente, ese es uno de los bosques que te puedes perder fácilmente.
Crucé el río pasando por encima del tronco caído, di un salto y por fin llegué a la zona de las cuevas. Me puse a explorar. Observé algunas pinturas rupestres, sumergí la mano dentro de un lago subterráneo que estaba en una de las cuevas, en el que encontré la moneda que dejé a principio de curso, y me puse a excavar para saber que más encontraría. Normalmente no suelo ir a ese lugar, pero la mayoría de las veces sí. Cuando salí de allí ya era de noche. Decidí dirigirme a mi casa.

De repente, oí un disparo. Un disparo de verdad. Me asusté y casi me caigo hacia atrás. No sabía qué hacer. Decidí que estar con los brazos cruzados no lo solucionaría, lo mejor era acudir a un adulto, es decir, a la policía. Me dirigí rápidamente a la comisaría. Salí del bosque frondoso y entré de nuevo en la ciudad. Fui por el camino más rápido, atravesé el jardín que había en la plaza, crucé por delante del hospital, me dirigí hacia una gasolinera para descansar un poco. Estaba exhausto.
La tenue luz del cartel que anunciaba la marca de la gasolinera(fast), entraba incrustada en todo el recinto. El intenso fulgor reflejaba mi temblorosa sombra. Me dispuse para marcharme, pero avisté algo que me llamó la atención. Un hombre que estaba sangrando y con una pistola en la mano me descubrió y, como si tuviese miedo de mí, salió velozmente de ese lugar. Antes de marcharse rompió un cacho de un papel que estaba pegado en la puerta de la gasolinera.

El extraño personaje se dirigió a un lugar que no alcancé a ver muy bien, pero me pareció que se dirigía a alguna zona del bosque. Suspiré y aspiré un montón de veces, no me creía lo que estaba pasando. ¿Quién era ese personaje? ¿Tendrá que ver con el disparo de antes? ¿Qué diablos está pasando? ¿Le tengo miedo o él tiene miedo de mí?
Todo era muy extraño, demasiado raro, tan chocante que ese suceso parecía haber sido sacado de una verdadera pesadilla. Pensé que esto era la típica escena de una película de terror, o que alguien me estaba gastando una mala pasada. Pero no había ni un alma ahora en ese sitio, exceptuando mi presencia y las de unas moscas que sobrevolaban por encima del anuncio de la gasolinera.

Me calmé un poco y me sequé el sudor. Sé que hacía calor porque ya era finales de junio pero yo sentía un extraño frío interior, como un escalofrío. De repente me di cuenta de que el resto del papel que había arrancado el misterioso hombre seguía en el cristal en una pequeña proporción. Me acerqué con algo de valor y me dispuse a entender algo sobre el porqué de lo que estaba sucediendo, aunque también prácticamente por algo de curiosidad. El papel estaba arrancado por la mitad izquierda y superior, la otra mitad se la debía de haber llevado el hombre cuando se marchó.
Estaba pegado con tres tiras de celo, alrededor se podían distinguir varios anuncios de coches y demás. Me apresuré a leer el mensaje que estaba en la misteriosa hoja, aunque sólo se podía ver una pequeña parte de lo que venía al principio.

SE BUSCA:

Una chica de ----------fue asesinada el 22------------------------------------- ----------------Actualmente se está manteniendo en investigación-----------------------se sospecha que el señor ---------------- tutor de la menor --------
----------------------de la policía-----------------------

Y no decía nada más. Me asusté aún más de lo que ya estaba. Corrí rápidamente hacia la pequeña comisaría de la policía. Pero por alguna razón estaba cerrado. ¿Cómo era posible? ¿El despacho policial no debería estar abierto las 24 horas día? Sin pensarlo más volví a casa corriendo para decírselo a mis padres.

Al llegar mis padres no estaban en casa. Son las 21:00 h de la noche, a esta hora deberían estar en casa para cenar. Subí a mi habitación, tampoco estaban allí. De repente pisé algo que estaba en el suelo. Era un lanza-bengalas. ¿Que hacía eso ahí? Lo cogí y me apresuré para buscar a mis padres.

Continuará...

Asesinato después de clase  [en reedición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora