Parte 2: La chica

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Salí de casa apresuradamente, pensé que me volvería loco ante esta situación, pero lo mejor que podía hacer era tranquilizarme. Sé que la mejor cosa que se puede hacer en una cosa así lo mejor es preguntar a un adulto, pero por alguna razón las calles estaban completamente vacías. Habían algunos coches en movimiento, pero no parecían que iban a bajar a ayudarme. Comencé a andar para buscar a alguien. Crucé en frente del hospital, de repente escuché un grito. Nada más asustarme por eso, me dirigí a la entrada del hospital. En la recepción había una mujer mayor.

-Buenas noches cielo, ¿qué haces aquí tan tarde?- preguntó serena.

-Hola, antes escuché un grito, ¿qué ha pasado?- dije rápidamente.

-¿Un grito? Yo no he oído nada. Deberías irte a tu casa, tus padres se enfadarán.

Me alejé entonces de la recepción.
En el hospital sí que había gente, enfermo y médicos. Realmente escuché un grito, así que, cuando la mujer no miraba corrí hacia las habitaciones. Estuve un buen rato buscando pero no encontré nada. Mi búsqueda resultó ser fallida, así que no tuve más remedio que volver. Antes de salir del pasillo de las habitaciones, me topé con un médico que estaba herido.

-Por favor, ayúdame.

Le sujeté por el brazo y le intenté llevar a la habitación más cercana. La habitación número 34.

-No, por favor, ahí no.

Me extrañe un poco. Asomé mi cabeza a la puerta, la abrí y no pude evitar temblar.
¡La supuesta chica asesinada estaba ahí mismo! El cadáver padecía en la cama con sangre alrededor. Era una escena no muy apta para menores. Aunque por alguna razón no me parecía tan fuerte.

-Doctor, ¿esa es...?

-A las 8 punto unos extraños individuos me dispararon, y dejaron a esa niña ahí.

-¿Fue a usted quien le dispararon? ¿Cómo es posible? Si yo estaba en el bosque a esa hora y el disparo se oyó perfectamente. ¿Como es posible que lo haya oído a tal distancia? Y el pueblo también parece haberlo oído porque por alguna razón apenas hay gente...

-No lo sé. Lo único que conozco es que cuando me desperté me dolía mucho la herida y me asusté al ver la fallecida- dijo el médico dolorido- seguramente han usado algún tipo de truco o aparato para transmitir el sonido del disparo por todo el pueblo, igual está conectado por aquí...

Estaba pensando en irme pero no podía pasar por alto a la chica, tenía que decírselo a la policía. Me encaminé al lugar donde estaba ella, allí seguía, fría y abatida. Entonces me pareció que la sangre no era sangre, o algo así, parecía como si fuera una copia exacta de su sangre.

Salimos de allí y fuimos a otra habitación. De repente mi móvil comenzó a sonar. Tenía 23 llamadas perdidas y todas eran de mis padres. Cogí el teléfono y contesté a mis asustados padres, les pregunté qué les había pasado y ellos me contaron que se escondieron en el teatro del pueblo junto con las demás personas hasta que pasase la situación como yo estaba en la cueva, pensaron que estaría a salvo pero no pudieron evitar asustarse. Ellos ya estaban en casa.

Me despedí del doctor y le prometí que volvería a solucionar el problema.
Más tarde, me dirigí a mi casa. Al entrar en ella, mis padres me abrazaron y hicieron las típicas cosas que suelen hacer cuando su hijo está "desaparecido". Por el momento decidí no contarles mucha cosa, prácticamente porque no sabía que estaba pasando y no quería que se preocuparan. Así que me fui a la cama.

Al día siguiente, me desperté. Estaba en mi habitación, en la cama, supongo que a partir de entonces viviría una vida normal. Seguía preguntándome qué pasó la noche anterior y quién era el hombre y la extraña chica asesinada.Aunque la verdad es que un poco de acción como la anterior nunca está de mal ya que siempre es bueno prevenir y saber qué hacer en esas situaciones, solo que prácticamente es un poco peligroso y tal. Seguramente los sucesos anteriores volverían a la luz en algún futuro...
Me levanté y bajé a la cocina para desayunar. En la tele, el alcalde anunciaba que se solucionarían los sucesos anteriores que ocurrieron, y que investigarían a fondo. Suspiré, seguramente solucionarían las cosas ya que son adultos. Aunque una parte de mí decía que quizá debía averiguar lo que pasaba. Me vestí, me aseé y salí a la calle para empezar el día.

Continuará...

Asesinato después de clase  [en reedición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora