Call me Boddah | Boddah #2

◆†◇┣ 62 ┤◇†◆

— No debiste tomar esos papeles.

— Pero lo hice, y ahora sé la verdad, por mi propia cuenta —le respondo, molesta por sus reproches.

— Y ¿cuál es la verdad? —pregunta cauteloso.

— Que Layla asesinó a mi padre.

— ¿Tienes al menos alguna prueba de eso?

— Mis recuerdos, y por eso quiero hablar con el detective que te dio esos papeles, Ryan.

— Tus recuerdos no serán válidos en un estrado.

— Pues entonces ya veré que hacer, pero si quieres que mi madre vaya a prisión y haya justicia, entonces llamaras a ese detective ahora —le advierto, mirándole de frente.

Se lo piensa por algunos segundos y luego saca del bolsillo interno de su chaqueta su teléfono. Desliza sus dedos por la pantalla con agilidad y luego se lo pone al oído. Finalmente puedo oír como él le dice a quién sea que esté del otro lado de la línea que yo estoy lista para ayudar.

Sea lo que sea que esté a punto de pasar, será mi culpa, pero estoy segura de que el remordimiento no caerá sobre mí, porque esto es lo que mi padre merece.

— Bien, vendrá después del almuerzo, así que espero que tomes un baño y comas bien, o creerá que aquí te maltratan.

— No eres mi padre; pero ya veré qué hacer por mí misma —le respondo, sin darle demasiada importancia—. Ahora, quiero que me expliques porqué mis recuerdos no son válidos.

— No es algo que importe en estos momentos —responde y yo le observo, desafiante.

— ¿Por qué crees tú que no es algo que importe? —le pregunto.

— Génes... —comienza pero le interrumpo.

— No, no me importa la excusa que me vas a sacar, para mí es solo bazofia, quiero saber porque mi palabra no vale un carajo en un estrado —vocifero.

— Génesis, estás declarada como mentalmente inestable y en un juicio tu palabra podría no ser tomada en cuenta.

— ¿Quién dio el reporte? —le pregunto enfadada.

— Génesis...

— ¿Fue mi madre? —vuelvo a interrumpirle

— No, Génesis, ella...

— ¿Fuiste tú? —cuestiono y su gesto me lo dice todo—. Fuiste tú —asevero.

— Génesis, no tenía más opción, es mi deber legal...

— No, tú deber legal es realizar un tratamiento médico de acuerdo a mis enfermedades, no decirle al mundo que soy una imbécil que no puede declarar en una corte solo porque es bipolar o lo que sea —le grito—. No vuelvas a hablarme en la vida —le digo caminando con avidez hacia la salida.

— Génesis —me llama pero yo le dejo de escuchar mientras cierro con fuerza la puerta.

YL%g