-Pará, pará Rama. -dije, mientras lo agarraba de los hombros y lo empujaba levemente hacia atrás.
-¿Por qué? -susurró cerca de mis labios.
-Sos mi hermano.-susurré de la misma forma.
-Ya conoces la historia. -volvió a besarme y esta vez no me resistí. Nos separamos por culpa de tres golpecitos en la puerta.
-¿Quién es? -pregunté agitada, tratando de recuperar el aire que había perdido.
-Tu hermano, ¿con quien estas?
-Con Rama, ¿por?
-Ah... no... por nada... -dijo y un rato después se fue.
-Ramiro andate.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué hice?
-Me besaste, tarado. Sos mi hermano, no de sangre, pero sos mi hermano. Me criaron con vos.
-¿Y si te digo que nunca te sentí un hermana?
-Bueno... entonces si nunca me sentiste una hermana no se puede hacer nada. -contesté apenada. El se levantó de la cama y se fue. Me tiré en uno de los sillones de color violeta que estaban en el balcón y traté de acomodar mis pensamientos.
Ramiro viene, me besa, y después me dice que nunca me consideró una hermana... ¿cómo debería reaccionar? Sé que nunca pertenecí del todo a esta familia. Porque "mis abuelos" (que en realidad son los abuelos de mis hermanos) siempre marcaron la diferencia, nunca me quisieron en realidad.
Y bueno... "mis papás", ellos sí, siempre me dieron todo lo material y lo sentimental.
Y mis hermanos... sí, ellos son mis hermanos y no me importa lo que digan los demás. En realidad Ignacio es mi hermano, porque después de lo que hizo hoy... Ramiro no.
Agarré mi guitarra y me puse a cantar...
-Las historietas, cubiertas por el polvo,
descansan hoy en aquel armario.
Hoy sólo son dibujos, y mis héroes
Son los que puedo admirar a diario.
Quisiera saber si es frecuente encontrar
Al que lucha fomentando la bondad.
Y responde, siempre, con una sonrisa
Si se presenta una adversidad.
Tengo el placer de compartir mis andanzas
Con una guerrera, que con su corazón,
Da batalla.Y en un gesto de alabanza
Le muestro lo que siento en forma de canción
Hay que saber ser flor
Mientras vuelan guadañazos.
Ser princesa sin un rey
Que te estreche entre sus brazos.
Saber ser un ángel
En un infierno permanente
Ojalá que la vida
Me siga presentando gente
Con un grado mínimo de tu sensibilidad.
Para así poder creer que, aún hoy,
Puede haber honestidad.
Quienes entienden de lo que estoy hablando
Saben que este ser, de ojos esmeralda,
Tiene la capacidad de despertar
Un desfile de emociones en la espalda.
Porque, alguna vez, creyó tener su sol
y este se fue en busca de otro amor.
Y su alma, lejos de parecer hielo,
Ante la falta de esa luz, pensó:
"Por qué habría de angustiarme tras su ausencia?
Si aquel sol, como yo, se formó de nuestro amor"
Cerró la puerta con suma prudencia
Y espera otra estrella para fundir de a dos.
Hay que saber ser flor
Mientras vuelan guadañazos.
Ser princesa sin un rey
Que te estreche entre sus brazos.
Saber ser un ángel
En un infierno permanente
Ojalá que la vida
Me siga presentando gente
Con un grado mínimo de tu sensibilidad.
Para así poder creer que, aún hoy,
Puede haber honestidad. -cuando terminé, me di cuenta de que ya no estaba sola, sino que alguien me miraba. Me dí vuelta y lo vi a Nacho.-¿Qué pasa? ¿Por qué esa canción? -preguntó mientras se acercaba a mi y se sentaba en el sillón que quedaba libre.
-Porque a veces cuando canto digo lo que siento.
-¿Y qué sentis, enana?
-Siento muchas cosas, Nacho. Extraño a mi papá.
-Mi amor, contra eso no podemos hacer nada.
-Sí, si podemos hacer. ¿Por qué se murió él y no mi mamá?
-Cuando creemos que tenemos todas las respuestas, el Universo nos cambia las preguntas. Es imposible encontrarle la respuesta a una pregunta que sabemos que no la tiene.
-Gracias Nacho.. -contesté mirando a la nada.
-¿Por qué?
-Por agarrarme siempre la mano antes de caer.