Capítulo 25:

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......Narra Ruki: ......

Me encontraba recostado en un espacio oscuro sin poder moverme libremente, intentaba girar sobre mí mismo, pero me topaba con sólidos. La falta de oxígeno se sentía tan real que me comencé a desesperar, intenté calmarme a pesar de que todas las sensaciones eran demasiado realistas. ¿Estaba siendo enterrado vivo?, no, todo esto debe ser una maldita pesadilla.

A pesar de ser cociente de la naturaleza de la situación, sucumbí ante la desesperación y comencé a golpear con mis puños las supuestas paredes. Sentía que me ahogaba y que el espacio se reducía cada vez más, mi garganta estaba seca y yo no podía emitir sonido alguno.

Un duro golpe en la frente hizo que la oscuridad se difuminara, busque a tientas el objeto que había ocasionado el dolor. Y tras lograr abrir los ojos me encontré boca abajo en la alfombra de mi habitación, los números fluorescentes de mi reloj marcaban las tres de la madrugada.

Ru: Akira – Lo llamé con la esperanza de escuchar una respuesta de su parte, sin embargo, no hubo nada de vuelta. Él aun no regresaba.

Me senté y traté de calmar mi respiración, todo había sido una pesadilla, una horrible muerte creada por mi subconsciente. No había nadie a mi lado que me digiera que todo estaría bien estaba nuevamente solo, como cada vez que me despertaba de una pesadilla antes de que llegara Reita. Acerqué mis rodillas y las pegué a mi pecho, la sensación de morir con lentitud aún me agobiaba. A pesar de que me sentía un completo cobarde trate de controlar mis lágrimas, me jodía lo débil que podía llegar a ser.

Re: ¿Takanori? – Miré hacia la puerta tratando de enfocar una figura humana, pero no lo logre. Las luces se encendieron y me enceguecí unos segundos.

Ru: Reita – Mi voz sonaba gangosa.

Re: Perdóname – Se arrodilló frente a mí y me acercó a su cuerpo. – Debí volver antes, perdóname mi pequeño. – Sentí impregnado en su ropa el olor a alcohol y hasta un leve perfume barato. En estos momentos necesitaba consuelo no motivos para pelear.

Ru: Akira suéltame – Intenté alejarme, pero Akira me cargó y me llevó hasta la cama.

Re: Prometo que no volveré a llegar tan tarde – Beso mi frente. – No dejaré que despiertes solo después de una pesadilla, siempre estaré ahí para ti.

Ru: Solo fue mal sueño. – Tal vez no me debía molestar ahora.

Re: ¿De qué trataba? – Apagó la luz y se desvistió antes de meterse en la cama. – ¿Te importa si duermo así?, estoy muy cansado.

Ru: Un sueño sin sentido – Me cubrí con las sabanas – Deberías usar algo más, te podrías resfriar. – En realidad me fastidiaba que su piel también oliera a alcohol.

Re: No me voy a resfriar si me mantengo así contigo. – Pegó su cuerpo al mío y me abrazó con fuerza. – Me mantendrás caliente toda la noche. – Besó mi cuello causándome una risa nerviosa.

Ru: Descansa Akira. – Cerré los ojos para evitar continuar la charla y poco a poco sentí como su respiración se alentaba. No me sorprendió la velocidad con la que se había dormido, después de todo se había ido de fiesta y a eso llamaba salida de urgencia. Exijo una explicación, pero sé que en estos no me la dará, estaba mareado de eso no había duda, su aliento y piel apestaban a una mezcla de alcohol y perfume barato. Además, su hora de llegada me lo confirmaba, aunque ahora me tome las cosas con calma eso no quiere decir que mañana esté de buen humor.

Viernes por la mañana y esta vez no me despierta el molesto despertador, sino un sonido aún más detestable, el celular de Reita. Maldije en silencio la hora en la que se me ocurrió comprárselo, cada vez que sonaba Akira salía corriendo sin importar la situación u ocasión, como ayer. Como el dueño del móvil no se levantaba para contestar me levanté y colgué la llamada, resistí las ganas de despertar al susodicho con un bofetón y me metí al baño para calmarme.

Solo una noche...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora