Capítulo 8: Vuelve la soledad.

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Como estaba cerca de su casa decidí ir a visitar a Adam.
Cuando llegué vi la puerta abierta y sin pensarlo dos vecea entré.
Las luces estaban encendidas y no se veían rastros de su tenebrosa madre, cosa que me mantenía aliviada.
Crucé por un pasillo hasta que llegué a una de las habitaciones y abrí la puerta.
Allí estaba Adam, tendido en su cama con una carta en su mano y un cuchillo en su cuello, igual que el que tenía aquella pequeña que me perseguía.
Agarré la carta y comencé a leerla: "Carly, se que cuando termine de escribir esta carta ellos vendrán por mi y me matarán. Te amo. Siempre lo hice, desde el momento en que te vi. Me arrepiento de no haber tenido el valor de decirtelo antes, o personalmente, pero nunca encontré el momento. Aquella niña no me quiere, no quería a tus padres y no quiere a nadie que este cerca de ti pero yo me arriesgué y así voy a terminar. Ella no te hará daño, eres tú la que se lo tiene que hacer para que te deje en paz. Adiós, me alegro de haber conocido a una persona tan hermosa como tú."
Mientras leía se me caían las lágrimas, Adam estaba enamorado de mí y yo nunca me di cuenta, que estúpida, estúpida. De repente la puerta se abrió, era la madre de Adam.
_ Lo siento.. Yo ocacione esto y ni pude salvar a mi propio hijo. Yo... Yo... - saco un arma que tenía en su bolso y se la puso en las sienes - Adiós Carly - traté de detenerla pero disparó y su cuerpo cayó al suelo.
Me quede sorprendida mirando aquella escena y salí rápidamente de la casa, me tire en una de las calles de tierra y me puse a llorar. Sentí una mano que toco mi hombro y me dijo:
_ Al fin estamos solas.
Era la voz de aquella niña, me levanté rápido y me quede observandola.
_ No te asustes, a ti no te haría daño, no me haría daño.
_ ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué matas a todos los que amo? Dejame en paz!!! - le grito y me voy corriendo para alejarme de ella.
_ Donde sea que estés, yo estaré allí- me dijo, parecía estar dentro de mi mente.
Me detuve y la vi a mi lado.
_No puedes huir, ya me liberaste, y aunque no te guste las dos somos una. La soledad nos une, no tenemos a nadie, solo a nosotras mismas.
_ Yo no tengo a nadie porque tú los mataste!! Maldita loca!!
_ Da igual, ¿pensaste que te querían?
_ ...... -no sabía que responder.
_ Tu madre te dejó, tu padre se fue y no volvió más y Adam.. Volvió por aquella vieja bruja.
_ Es verdad... Nunca nadie se preocupó por mi... Nadie me quiso nunca..
_ Es hora de dormir -dijo y todo nuestro alrededor se volvió oscuro, decidí cerrar los ojos.

La pequeña en el puenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora