El Diario: Por el Chavo del Ocho (parte 2)

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Si alguna vez me sacara yo la lotería, lo primerito que me

gustaría hacer sería invitarme a comer.

Porque en esta vida lo más importante es comer.

Porque si no comes, te mueres.

Y si te mueres, ¿a qué horas comes?

Y si no vas a comer, ¿para qué te mueres? Por eso es

mejor comer que morirse.

Por cierto que el Profesor Jirafales dice que el intestino de

las personas mide como seis metros de largo; pero a mí me ha

tocado tan poca comida, que por lo menos debo tener como dos

o tres metros de intestino sin estrenar.

Y no estoy muy seguro, pero creo que la última vez que

mastiqué un pedazo de carne fue cuando me mordí la lengua.

Una vez me puse tan malo que me llevaron a un hospital

muy bonito, donde las enfermeras se llamaban monjas; y eran

tan buenas que me daban de comer tres veces al día. Pero lo

malo fue que nomás estuve enfermo cuatro días y luego ya me

alivié. Ahora estoy esperando que otra vez me vuelva a poner

malo, para que otra vez pueda comer tres veces al día.

Ayer fue cumpleaños de Pati. Yo no lo sabía. Pero lo

supe cuando Ñoño llegó y le dio un regalo. Entonces Pati le dio

un beso a Ñoño.

Un día de estos voy a agarrar a Ñoño y le voy a romper

todo lo que se llama cara.

De todas las historias que nos ha contado el Profesor

Jirafales, una de las más bonitas es la de un señor que se

llamaba Noé, que fabricaba barcos y juntaba animales.

Un día Dios le dijo a Noé que ya faltaba poco para el

Diluvio, que es como un aguacero, pero más tupidito. Entonces

Noé le preguntó que qué debería hacer, y Dios le recomendó

que fabricara un barco grandisísimo para que cupieran todos los

animales. Y también el elefante.

Pero los únicos que ayudaban a Noé eran sus hijos (que

eran tres) y las esposas de sus hijos. En cambio todas las

demás personas del pueblo ni ayudaban ni nada, y nomás se la

pasaban burlándose de Noé y pensando que el pobrecito estaba

loco. y Noé les contestaba que los locos eran ellos y que luego

no fueran a quejarse cuando se estuvieran ahogando.

Sin embargo, más que las burlas de la gente, lo que le

preocupaba a Noé era eso de que tenía que juntar parejas de

animales, porque debían ser macho y hembra, y muchas veces

no es tan fácil distinguir cuál es el macho y cuál es la hembra.

Claro que hay algunos que sí se distinguen muy

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