Por la calles de Bogotá se agolpa una multitud compuesta por un
número de personas que, según cálculos oficiales del Gobierno
Colombiano, sobrepasa los tres millones. Inevitablemente hay
empujones, apretujones, desmayados, ataques de histeria, etc.
Todo como consecuencia del incontrolable afán de contemplar
de cerca al ídolo; o de tocarlo, si fuera posible.
¿Pero quién es el relevante personaje que provoca todo esto?
¿Un héroe nacional? ¿El campeón mundial de una disciplina
deportiva? ¿El Santo Padre?
No. En esta ocasión el personaje no es más que un niño
pobre.
¡Mentira!... Es un adulto disfrazado de niño pobre, y la gente lo
sabe. ¡Pero qué importa! De cualquier modo se trata de "EL
CHAVO DEL OCHO".
Se podría recurrir a expertos en Sicología de las masas, y
aún así resultaría difícil encontrar una explicación para el
fenómeno. Por lo tanto, será mejor concretarnos a exponer los
hechos:
Todo comienza un día de marzo de 1972, cuando el
escritor y actor mexicano Roberto Gómez Bolaños(mejor
conocido como "Chespirito") presenta por televisión el primer
programa de la serie que habría de conmover a todo un
continente y buena parte del resto del mundo. En la emisión
aparece el actor, que ya lleva un buen tiempo de haber
alcanzado la categoría de adulto, ataviado como niño pobre:
zapatos gastados que le quedan grandes; pantalón raído,
parchado y remendado; camiseta en las mismas condiciones;
dos tiras de trapo que conforman los más rudimentarios tirantes;
y, sobre todo, una gorra con orejeras que será la principal
característica de su atuendo. Carece de tanto, que ni siquiera
parece tener un nombre propio. Pero ni esto hace falta, ya que
su apodo, "El Chavo del Ocho", será escuchado y repetido
semanalmente por más de 300 millones de televidentes. (Y el
número sigue aumentando.) Se dice eventualmenteque
vive
en el departamento número 8 de una vieja pero limpia vecindad,
y de ahí el sobrenombre. Pero nadie ha visto jamás dicho
departamento. Infinidad de veces, en cambio, se le ha visto
refugiarse en un barril que está en el patio de la vecindad, lo cual
ha generado que no pocas personas aseguren que es ahí donde
vive el popular Chavo, no obstante que éste ha aclarado en
repetidas ocasiones que el barril es únicamente lo que dijimos