Capitulo 3: Hola ¿Papá?

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Arrastre las maletas hasta la casa al final del sendero. Henry estaba esperándome sentado en el pórtico. Hacía mucho que no lo veía, sus rizos rubios apenas dejaban entrever sus brillantes ojos verdes. No estaba muy cambiado, podía notar el peso de los años en su cansado cuerpo pero seguía siendo el hombre que recordaba. Cuando me vio se levantó de un salto.

—¡Gracias a Dios! Tu madre a llamado ya ocho veces, está al borde de un colapso.

—¿Y ahora se supone que le importó?

—Puede estar enojada pero es tu madre, siempre se preocupa por ti. ¿Dónde está Thian? —Me abrazo pero mis reflejos me obligaron a alejarme, no estaba acostumbrada a esa clase de contacto fisico.

—¿Quien?¿El Simio? Dijo que volvería a las cinco.

—Veo que no te agradó. Es una pena porque es como de la familia. Thian forma parte del grupo de apoyo que dirijo.

—Si, suerte que no soy parte de eso —Dije mientras subía mis maletas por los escalones de la entrada. Cuando vivía con mamá Henry llamaba todas las semanas para ver cómo estaba, nunca quise hablar con él. No sabía que era de su vida, por lo tanto no tenía ni idea de que grupo me hablaba.

—Gabbe... tu mama me explico todo. Sé que no te agrada estar aquí.

—¿Qué fue lo que te explicó? ¿Qué me corrió de casa? ¿Que se deshizo de mi como una mascota que ya no quieres? Dudó que cualquier cosa que te haya explicado sea la realidad.

—Me dijo que te habías vuelto un problema y que ya no podía contigo. Dijo que faltabas a clases y te metías en líos, entre tantas otras cosas. Ella realmente estaba preocupada por ti —se levantó y se acercó a mi sonriendo— Te extrañe mucho y ahora que viviremos juntos creo que deberíamos tratar de llevarnos bien.

Me quede un rato mirando la puerta, tal vez no debía ser tan mala con él, después de todo me recibió aquí, dejo que viniera. Significa que por lo menos le intereso un poco. Pero realmente me preocupa eso de el "Grupo de apoyo" la verdad no sé qué sea pero no quiero ver al Simio todos los días dando vueltas por mi casa.

—¿Puedo entrar? —dije e incline la cabeza señalando la vieja blanca puerta a mi costado puerta.

—¡Por Supuesto! Deja esas maletas a un costado, yo después las llevo a tu habitación. Te mostrare la casa.

Henry parecía feliz de tenerme aquí, y eso me tranquilizaba un poco, después de haber perdido todo lo que me interesaba, se sentía bien ver que a alguien.
Después de un breve recorrido por la casa por fin estuve a solas en mi nueva habitación. Le dije a Henry que necesitaba tiempo para acomodarme, por suerte lo entendió y solo apareció por mi habitación para llevarme una porción de pizza a la noche.
Abrí las cajas y saque todo lo que tenía. Llene el escritorio de lapiceros y cuadros con fotos. Y lo que más tiempo me llevo fue limpiar y acomodar cada uno de mis libros en la estantería de la esquina. Pero después de algunas horas de esfuerzo se sentía mucho mejor estar ahí.

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