una cena amistosa

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--¿ donde aprendiste ingles?-- pregunta Mónica

--mmm no se mucho-- responde Roberto-- solo lo básico

--mmm, y dime ¿a donde vamos?

-- pues vamos a comer, creo que ya te lo había dicho.

-- si, eso lo se, pero me refiero hacia donde nos dirigimos...

-- o si claro, es un restaurante que queda a orillas de la playa, espero que te guste la sopa de marisco

-- claro me encanta!!-- dice con emoción, pero luego de retracta-- digo, es delicioso.

-- ¿por que hiciste eso?

-- ¿hacer que?

--no se, por un momento estabas emocionada y luego como que cambiaste.

--¿que? Te equivocas no hice eso.

-- si, yo creo que si

-- que no!!

-- bien, pues una de las razones por la que te invito es para conocerte mejor, eres una chica agradable, pero tu forma de ser lo cambia todo, es como si trataras de esconder algo.

--¿y?

-- no se solo quiero ayudarte, si me lo permites claro

-- creo que estoy bien, no necesito ayuda!!

-- Si la necesitas!! Y ya te dije yo entiendo muy bien lo que sientes!!

-- ¿de que hablas?

-- yo... También intente suicidarme.

A Mónica se le abrieron los ojos como plato, estaba impresionada.

-- ¿que dices?, tu también querías...

-- si, justamente en el muelle donde tu ibas a quitarte la vida, y yo opino que no debería ser así, por que todos merecemos darnos una oportunidad en nuestras vidas.

-- ¿pero como?, si eres la persona mas positiva que eh visto

--pues no lo era, yo también tuve problemas familiares, mi familia no me aceptaba y aunque no lo creas de 10 jóvenes gays, 9 se quitan la vida por no ser aceptado, y digo que no es fácil, vivimos es una sociedad que el 70% no aceptan a los gays mientras que 30% si lo hacen. A si que tu no deberías quitarte la vida, no eres lesbiana.

-- guao, no sabia, bueno nos conocimos ayer, debió ser duro para ti.

-- cuando se enteraron, me echaron de mi casa, así que me puse a pedir en los vagones del metro, luego encontré trabajo barriendo las calles de Caracas, dormía en refugios, luego encontré trabajo de mesonero, ya tenia 2 trabajos, fui ahorrando cada propina que me daban en el restaurante donde trabajaba, con los ahorros me inscribí en uno de esos colegios que dan clase de noche, obtuve mi titulo de bachiller, luego entre en la UCV ( universidad central de Venezuela) donde me gradúe como empresario, ya había dejado mi trabajo de barrer las calles, y así poco a poco fui creando una vida nueva, un nuevo Roberto, ya no era el chico que lloraba por no ser aceptado, si no que era el chico que luchaba por lo que quería. Bien llegamos

El restaurante era algo maravilloso, con mesoneros siempre atento a la clientela, y una terraza con vista al mar.

-- vez, como te dije, un Restaurante a orilla de la playa, pendiente con lanzarte, jeje

Mónica no le causaba risa lo que dijo su amigo. Se sentaron en una mesa e inmediatamente se acerca un mesonero.

-- ¿que van a pedir?

El lado iluso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora