Una amistad inseparable

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Estaba sentada en la plaza de altamira (Lugar donde Roberto y ella habían acordado en reunirse), en unos de esos bancos de semento que posee cada plaza. Tenía puesto unos jeans, unas converse verde y un camisa del mismo color.

Roberto, Toni y dos chicas más habían llegado donde estaba aquella chica la cual se sentía cansada de esperar, y a solo cinco minutos de querer irse a su casa. Los labios de Mónica se curvaron cuando vio a su amigo, después de una semana.

--Hola Mónica-- saludo Roberto

Sus acompañantes la veían con miradas extrañas, Toni, como siempre, miraba a Mónica con desprecio, las otras dos chicas también lograron ver a la chica con miradas de poca cosa, no cabía duda que el novio de Roberto les hablaba mal de ella.

--Hola Robert-- a ella le gustaba decirle así.

--Monica, estas chicas son: Sandra y Ana--presentó Roberto, ya que este sabía que Toni no se atrevería a Presentar a las dos chicas.

Sandra era una pelirrojas de ojos marrones, cuya apariencia daba muchas criticas, por otro lado estaba Ana, pelo negro, ojos iguales a los de la otra chica (solo que un poco mas oscuros) y casi la misma apariencia, faldas cortas, tatuajes, percings, túneles. Cabe a destacar que aquellas dos chicas eran lesbianas, pero eso a Mónica no le afectaba, lo que si le incomodaba era como la miraban, era una combinación de odio y desagrado.

--Mucho gusto-- respondió Mónica.

-- Lo mismo digo-- contestó la pelirroja, la otra no dijo nada.

Todo guardaban silencio, por un minuto, es entonces que Toni, que estaba algo aburrido, dice:

--Amor, recuerda que te quiero aquí a las 4 PM.-- su forma de contestar era irritante

--Esta bien amor-- responde Roberto

-- ¿a la 4 PM?-- pregunta Mónica

--¡Si!--responde su amigo-- he decidido dejarlo a ellos y irme contigo a hablar.

-- Lo cual no me parece correcto-- interrumpe Toni-- ¿seguro que vas a estar bien?-- Mónica levanta en señal de intolerancia.

--¿que te hace pensar eso?-- pregunta Roberto

Toni no respondió, solo beso a su novio y se retiro con las dos chicas. Mónica se dio cuenta de que murmuraban de ella, eso la hizo enfadar.

--No le des importancia a eso Mónica-- dijo Roberto al darse cuenta de la reacción de ella.-- sabes que eso lo hace para separarte de mi.

-- ¿y crees que lo logrará?

-- No se, ya eso viene de parte tuya.

--Sabes que no te dejaría, por que eres una agradable persona Robert, pero no te sorprendas el día en que veas muerto a tu novio, ahogándose
en su propia sangre.

--Jajaja que creativa

-- ¿No me crees capaz?

--No

--¿por que?

-- ¿Matarías a la única persona que amo en todo este mundo?

-- Mmmm...no-- El chico solo llego a sonreír-- pero si mandaría a matarlo, así ya no lo asesinaría yo.

--jajajajaj como tu digas.-- dijo él-- no te veo desde hace una semana, ¿como has estado?

-- Además de trabajar y estar sola en mi casa... pues bien supongo. ¿y tu?

--Muy bien, y no te he contado nada.

-- Siempre dices eso... a ver, cuentame.

Roberto y Mónica pasaron toda la tarde conversando, Mónica no hablaba casi, su rutina era su trabajo y su casa, pero le gustaba escuchar lo que su amigo le contaba sobre él, sus viajes y sus rutinas, cada palabra que Roberto decía era como una gota de orgullo de Monica, sin duda la amistad es todo para ella. Al llegar las 4, Toni ya esperaba a Roberto en el mismo lugar donde se habían visto la ultima vez.

-- Te veo la otra semana-- dijo Roberto

-- Me parece bien-- contesto Mónica

-- Nada de reuniones-- interrumpe Toni, que estaba junto a Sandra Y Ana-- recuerda que no iremos de viaje a Estados Unidos y no venimos hasta un mes.

-- Ooohhh, cierto Mónica-- dijo Roberto-- se me olvidaba, bueno, te veré en un mes.

Aquellas palabras descontentaron a Mónica, pero trató de no darle importancia.

-- Y cuando vuelva quiero que te consigas un novio-- dijo Roberto con una sonrisa

Mónica no hizo más que sonreír y darle un abrazo a su amigo.



El lado iluso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora