Café en el centro a la 1:30 de la mañana.
Se había ido a instalar a una cafetería, aquella noche.
Allí donde olía a café y sus ojos se tornaban granate de tan cansados que estaban de llorar.
No había derramado tantas lágrimas en su vida, casi podía llenar la habitación con ellas igual que Alicia en el país de las maravillas.
El dueño le tuvo pena, tanta que la dejo quedarse allí la noche entera, la dejo dormir sobre el mantel de encaje de la mesa y le ofreció trabajo.
Acepto porque no había nada mejor que hacer, porque era una rebelde y no lo quería volver a ver.
12 días después.
―¿Buenos días en que le puedo ayudar?―dijo ella sin levantar la mirada.
―Una café Mocha por favor y una sonrisa tuya para llevar.
Ginger apretó los dientes.
―Si es usted un acosador sexual...―sus ojos se toparon con los suyos y sus nervios estallaron―. ¿¡Qué demonios haces aquí?!
―Me gusta el café Ginger, ah si y me gustas tú.
―¡Largo!―chilló.
―No me voy sin mi café y sin una explicación de porque has dejado de hablarme―gruñó Daniel con una sonrisa socarrona.
―No lose, solo no te quiero ver.
―Aún no cumples el tratado.
―Eso ya no me importa―le cortó ella.
―Okay está bien, al menos dame mi orden―exclamó Daniel cruzándose de brazos.
―¡A nombre de quien!―gritó ella histérica y todos en el café la voltearon ver.
―¡De tu novio!―gritó el aún más alto y la cara de Ginger volvió a ser carmín.
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Just the duck.
Short Story"¿Conoces al chico friki y empollón que salto a la fama después de haber salvado a la reina de la escuela de la destitución, luego de que el capitán del equipo de Fútbol la dejara por la ratona de biblioteca?" "Ese es Daniel Carpenter." "¿Y a la chi...
