𝑱𝒖𝒓𝒂𝒔𝒔𝒊𝒄 𝑾𝒐𝒓𝒍𝒅 // Zᴀᴄʜ Mɪᴛᴄʜᴇʟʟ

CAPÍTULO 09

┏━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┓
JURASSIC WORLD
CAPÍTULO 09
┗━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┛

𝟐𝟎𝟏𝟓

—¡Ya verás cuando se lo cuente a mamá!

—¡No! No e cuentes nada de esto a tu madre. Nunca.

Insatisfecho. Quizás era la palabra que más se adecuaba a su estado de ánimos. ¿Qué gracia tenía escapar de un dinosaurio carnívoro si después no iba a poder narrar de forma reiterada aquella aventura?

—¿Por qué?

—Porque como papá y mamá se enteren, ¡estamos muertos! —la ventanilla se había abierto, y Zach se había pronunciado.

Claire opinaba lo mismo. Y no solo estarían muertos sus sobrinos si su hermana se enteraba de lo que había sucedido aquel fin de semana.

—¿Ya habéis dejado de discutir? —indagó, cambiando de forma drástica el tema de conversación.

Beth asomó la cabeza por la ventanilla. No quería que Zach hablase más de la cuenta, y optó por intervenir.

—Por el momento sí. Pero ya sabes que tu hermano y yo no aguantamos más de cinco minutos sin discutir.

—¿Y os habéis besado? —interrogó, mostrando una sonrisa jocosa.

La joven abrió ligeramente la boca, pero al instante la cerró. En esos momentos, detestaba a Gray.

—Prefiero besar un sapo a besar a...este —mintió. Los diez minutos que había estado pegada al mayor negaban aquella afirmación.

Zach la miró de reojo y rio. Él tampoco quería dar explicaciones. A fin de cuentas, en aquellas circunstancias y ante aquel público, eran innecesarias.

—Está todo demasiado tranquilo, ¿no crees? —la pregunta de Beth había sido formulada tras comprobar la calma que reinaba al otro lado de la tables que sostenía Claire. La pelirroja también opinaba lo mismo.

Pero el destino era caprichoso, y el caos no tardó en sacudirlos. Uno de los empleados del parque abrió desesperado la ventanilla del piloto, obligando a Claire a encender el motor del furgón y huir de allí.

Asustada, acató la orden dictada por el hombre. Piso el embrague, metió primera y giró la llave en el contacto. Fueron segundos los que tardó en arrancar el camión, pero suficientes para que el empleado hiciese el amago de abrir la puerta trasera del vehículo, dejando a los dos adolescentes totalmente desprotegidos.

—¡Mierda! —la exclamación aterrada de Beth alertó a Zach. Uno de los raptores había comenzado a perseguir el vehículo, con intención de darles caza a sus pasajeros.

Claramente, emplear a los velociraptores para darle caza al Indominux Rex había sido una mala idea. Se habían vuelto en su contra; y ahora era dos pares de depredadores más los que querían convertirlos en su merienda.

—Tía Claire, ¡más te vale acelerar a fondo! —la suplica desesperada de Zach llegó de forma inmediata a la pelirroja.

—Vamos a morir —repite Elizabeth por décima vez en lo que llevaban de día—. ¡Y soy muy joven para morir!

—¡No vamos a morir! —dudaba de sus palabras, pero lo disimuló—. No he tardado tres años en besarte para que nos muramos ahora. ¡Me niego!

—¿Qué has dicho? —atónita, y sin eliminar la mueca de terror, contempló a su acompañante.

—Que me ayudes a cerrar las puertas —decreta, obviando su anterior declaración.

La mirada del chico paseó por todo el compartimento, en busca de algo que les ayudase a no acabar siendo la cena de aquel animal. Y, ¡bingo! Veloz, atrapó una pistola eléctrica.

—¿Sabes usar eso? —cuestionó su mejor amiga.

—¿Tú qué crees? —la respuesta era obvia. No tenía ni la menor idea de cómo emplear aquella arma.

Beth, sin miramientos, se la arrebató. Le había dado el privilegio de conducir un coche aún a riesgo de que pudiese empotrarlos contra un árbol, pero no le daría la oportunidad de freír a alguien por error.

—¿Y tú sabes usarlo?

—¿Tú qué crees? —repitió sus mismas palabras con tono jocoso.

Segura de sus actos, Beth se acercó a las compuertas. El animal estaba a un salto de adentrarse en el furgón, y cuando lo hizo, la muchacha apuntó hacia él con el arma y lo abatió. Una acción que los libró de ser las siguientes víctimas de aquel caótico fin de semana.

—Tu hermano —musita Zach, señalando hacia el exterior. La chica suspiró aliviada al comprobar que Owen seguía de una sola pieza.

—Si salgo con vida de esta, no pienso a salir de mi casa en lo que resta de año —declaró, dejándose caer al suelo aliviada.

Su hermano había regresado, y con el las esperanzas de sobrevivir a la masacre que estaba viviendo el parque.

—También puedes quedarte en la mía. Podemos entretenernos sin necesidad de salir de la habitación, ni de la cama —comenta coqueto, deslizando su mano hacia la pierna de la chica.

De un manotazo, lo apartó. ¿Tanto le costaba no ser un salido aún estando en peligro de muerte?

—Estarás de broma, ¿no?

—Sé que lo deseas más que el beso de antes. ¿O me lo vas a negar?

De nuevo, las ganas de darle un puñetazo regresaron. Pero se contuvo. No quería morir habiendo discutido con él.

—Lo de antes no tendría que haber sucedido —decretó, firme.

—Venga, ¿enserio, Elizabeth?

—Enserio, Zachary.

—Si te digo que no te quiero para un rato y que me gustas, ¿cambiaría algo?

¿Era así como conquistaba a todas? ¿Diciéndoles que no eran una más y que no iban a ser un mero entretenimiento? Sospechaba que sí. Y de ser afirmativa la respuesta, no le habría sorprendido en absoluto.

—Tú no me gustas.

—Ah, ¿no? Y entonces, ¿por qué me besaste?

—Estaba asustada. No sabía lo que hacía ni por qué lo hacía —mintió.

—Siete años, Beth. Sé cuando mientes —aseguró.

—Lo que sienta o deje de sentir no es relevante en estos momentos, ¿vale?

—Yo creo que sí. Si voy a morir, al menos quiero que sepas que creo que me gustas. Y me gustaría saber qué es lo que sientes tú.

—Antes era un me gustas. ¿Ahora solo es un creo?

Nervioso, se llevó la mano al cabello. Hablar de sentimientos no era su punto fuerte. No sabía expresare, no sabía cómo explicar el torbellino de mariposas que revoloteaba en su estómago cada vez que ella estaba cerca.

—Estoy confundido, Beth. Llevo meses tratando de averiguar qué es lo que siento por ti y...me gustas. Sé que me gustas. Y me gustas no solo para un polvo —se sincera—. Quiero hacer todo lo que hacíamos hasta ahora, pero quiero poder besarte y abrazarte. Quiero no estar discutiendo contigo a todas horas. Quiero que seas mi novia, y no una más.

—¿Así es como las conquistas a todas?

—Joder, Beth. ¿Por qué eres tan complicada?

—Porque te conozco, Zach. Porque sé que, si te doy una oportunidad, vas a romperme el corazón.

—No lo haré. Pienso demostrarte que puedo cambiar. Pienso conquistarte, Elizabeth Leah Grady.

≫ ──── ≪•◦ ✧ ◦•≫ ──── ≪