𝑱𝒖𝒓𝒂𝒔𝒔𝒊𝒄 𝑾𝒐𝒓𝒍𝒅 // Zᴀᴄʜ Mɪᴛᴄʜᴇʟʟ

CAPÍTULO 10

┏━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┓
JURASSIC WORLD
CAPÍTULO 10
┗━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┛

𝟐𝟎𝟏𝟓

—¿Estáis todos bien?

Lo primero que Owen hizo tras bajarse de la moto fue acercarse a su hermana. Preocupado, comenzó a examinar que todas sus extremidades estaban en el lugar que les correspondía.

—Creo que eso deberíamos preguntártelo a ti —murmura Claire, aproximándose al hombre—. ¿Estás bien?

—Estoy bien —formuló de manera escueta—. Será mejor que entremos.

De forma inmediata se adentraron en las instalaciones, ahora desérticas y convertidas en un caos a consecuencia de la avalancha de gente que había recorrido aquellos pasillos intentando buscar resguardo del peligro.

—Han evacuado los laboratorios —declaró la pelirroja.

Los científicos habían huido, y aquellas habitaciones se habían convertido en un torbellino de papeles esparcidos por el suelo y cristales rotos.

—Eso no es un dinosaurio —formuló Gray, señalando la pantalla de uno de los monitores. Efectivamente, aquella especie de animal estaba lejos de parecerse a un dinosaurio.

—Buena deducción, Sherlock.

Alerta, todos buscaron al dueño de aquellas palabras. El mismo hombre al que Owen había atizado un puñetazo en el recinto de los raptores, se encontraba allí. La cabeza pensante del caos que habían ocasionado las cuatro criaturas del mayor de los Grady.

—¿Qué estáis haciendo?

—Creo que eso no es de tu incumbencia, cariño.

La sonrisa que cubría su faz daba escalofríos. Con orgullo, comenzó a narrarles sus planes. Donde su principal cometido era extraer a los dinosaurios de la isla para poder transformarlos en máquinas de guerra. Un proyecto que, al parecer de los allí presentes, rozaba lo macabro.

—Estás loco —afirma Claire anonadada.

La respuesta de Hoskins iba a ser inmediata. Pero la presencia de uno de los raptores impidió que lograse formularla en voz alta. El animal contempló con deseo al hombre que había tenido la brillante idea de soltarlos. Y, lentamente, se aproximó a él.

—Hola, bonito —trató de apaciguarlo, como si de un perro se tratase.

Fue en vano. Los planes del dinosaurio lejos estaban de ser pacíficos. Y eso lo descubrieron pocos instantes después.

—Venga, vamos, ¡corred! —de un empujón, Owen obligó a sus acompañantes a esprintar.

A toda velocidad, y sin mirar atrás, los cinco comenzaron a correr hacia el exterior con el velociraptor pisándoles los talones.

—Mierda —tras frenar en seco, el adulto paró a los demás. Frente a ellos se encontraban los dos raptores restantes.

—¿Este es el final? —pregunta Beth, vislumbrando un futuro muy oscuro.

—¡No vuelvas a repetir eso! Vamos a salir de aquí. Con vida.

Decidido, Owen se acercó a Blue, su beta. No estaba seguro de lo que iba a hacer, pero sin planteárselo, deposito con suavidad su mano sobre la cabeza del animal; y de un rápido movimiento, le quitó al dispositivo de seguimiento que le habían colocado antes de soltarla.

Un acto que sirvió para confirmar que los raptores seguían siendo fieles a su Alpha. Y, cuando el Indominux Rex hizo acto de presencia, los tres animales se abalanzaron sobre él en un intento de proteger a los humanos.

—¡Vámonos! —de nuevo, forzó a sus acompañantes a salir huyendo.

No había ningún refugio seguro. Pero por el momento, ocultarse en el interior de una tienda de souvenirs era la mejor opción que tenían.

—Genial. ¿Y ahora qué hacemos? —indaga el mayor de los Mitchell con la voz agitada y la adrenalina corriendo con fervor por sus venas.

No lo sabían. Nadie lo sabía. Allí corrían peligro, pero antes de actuar, necesitaban pensar con claridad cual sería su siguiente paso.

—Ahora no perdamos la calma —pidió Claire, intentando mostrarse serena en un intento fallido. Su mirada buscaba a Owen con desespero, quien se había quedado rezagado.

—Hacen falta más —formuló Gray, confundiendo a los demás.

—¿Qué has dicho?

—¡Hacen falta más! —exclamó exaltado, habiendo dado, posiblemente, con la solución del problema.

—¿Más qué?

—Dientes. Hacen falta más dientes.

¿Más dientes? Los adolescentes intercambiaron miradas, ninguno comprendía el significado de las palabras de Gray. Claire, sin embargo, sí había captado que pretendía comunicar el niño.

—Bien.

Bajo la curiosa y confusa mirada de Beth y Zach, la pelirroja atrapó la caja de emergencias y extrajo de ella una bengala y un walkie-talkie. Inspiró con profundidad, y contempló a los chicos.

—¿Qué vas a hacer?

—Quedaros aquí —evadió la pregunta—. Os prometo que todo saldrá bien.

Volvió a inspirar. Echó un último vistazo a sus sobrinos y a Beth; y armándose de valor, abandonó el lugar.

—Nunca me imaginé que la tía Claire fuese una temeraria —bromeó Zach, en un intento de liberar tensión.

—Ahora entiendo el por qué le gusta a mi hermano —agrega la muchacha.

—¿Hablas de mí, Elizabeth?

Agitado, y con el corazón en un puño, se acercó a los jóvenes y los empujó contra la pared; intentando ponerlo en un lugar protegido.

—¿Y Claire?

—Buscando más dientes —responde Gray, como si resultase ser lo más obvio del planeta.

—¿De qué hablas?

—De que tenemos que salir de aquí cuanto antes a menos que queráis acabar siendo la cena de un dinosaurio mutante —interviene Beth.

—Concuerdo contigo. Pero repito, ¿y Claire? 

≫ ──── ≪•◦ ✧ ◦•≫ ──── ≪