Sonó el timbre de casa de Jade. La luz del recibidor se encendió y se abrió la puerta. Jade salió, llevaba maquillaje de ojos negro y un pintalabios rojo oscuro. Hoy iba vestida con unos pantalones cortos rotos y unas medias negras, una camiseta negra de algún grupo de música muy escotada, sus botas de tacón negras y su pelo pelirrojo hoy dejaba ver sus piercings de la oreja. Jade cogió sus llaves de casa y se las colgó a su gato gordo y gris de su collar.
-Ya sabes qué hacer Gray.- Jade le acarició y Gray se fue.
- ¿Porque le has colgado tus llaves de casa al gato?- Axel estaba muy sorprendido.
-Tengo otras escondidas en el jardín, pero cuando vengo bebida a veces no soy capaz de recordar donde están, y aunque no lo esté tampoco, y como Gray es muy listo y viene cada vez que llego a casa, se las cuelgo y ya no hay problema.
-¿Has pensado en llevarlas en el bolsillo?
-Las pierdo.
-Bueno, si Gray te es efectivo me alegro, además es muy mono. Me encantan los gatos.
-A mí también me encantan.
-¿Por cierto Jade, como es que no he visto a tus padres en tu casa?
-Están de viaje así que estoy sola en casa por unos meses. Yo no les quise acompañar.
-Pues que guay.
-Sí, por cierto Axel, gracias por venir a recogerme, no tengo coche...y no quería ir sola.
-No es nada, así disfruto de tu compañía, y no sé dónde vamos así que...
-Sí, nosotros siempre quedamos en el mismo sitio, es secreto y es genial, luego ya vamos a otros sitios. Deberíamos ir tirando que seguramente ellos ya estarán allí.
-Sí, entra en mi coche lujoso- Axel se rió, y Jade también.
Axel condujo un buen rato, hasta que Jade le indicó que debía atajar por un desvío de esa carretera y se adentró aun más en el bosque, se podían oír el agua del rio. Cuando el camino dejo de ser apto para coches Axel lo aparcó y salieron de él, tuvieron que caminar unos cinco minutos por unos caminos al lado del rio. Jade le indicó el sitio, era casi secreto, a nadie se le ocurrirá pasar por ahí. Tenían montado unos troncos de los árboles caídos en forma de circulo para sentarse, habían hecho un techo de ramas, para cuando lloviera no mojarse, un tronco hueco lleno de bebidas, un espacio para hogueras y finalmente unos sacos de dormir en un lado bien acomodados, había que admitir que lo tenían bien montado.
-¿Qué te parece nuestro pequeño refugio Axel? –dijo Jade señalando todo aquello.
-Esto es...totalmente genial, ¿Qué podía esperar sino de ti?- Axel le sonrió
-No...soy genial, no soy nada. Pero por una vez en mi vida hice algo bien, y fue este refugio.
- ¡No digas esas cosas de ti, para, eres estupenda!- Axel parecía algo indignado.
-Solo digo lo que se- Jade estaba al borde de las lagrimas.
-No sé quién o que te destrozó así, pero me dan ganas de....AAAHH
-Yo...-Jade empezó a derramar lagrimas, lagrimas negras por su maquillaje.
De pronto llegaron Sam y Mae, no iban muy arreglados, como siempre.
-¿Que tal chicos? En cuanto llegue Lane nos vamos. – Mae se sentó, y Sam le imitó.
Axel miró a Jade nervioso, sabía que ella no quería que sus amigos le viesen llorar así que pensó rápido.
-Chicos ahora venimos, Jade ha perdido una cosa muy importante al lado del rio y le voy a ayudar a buscarlo. – Axel no había acabado hablar y Jade ya se había echado a correr hacia el rio, Axel en seguida le siguió.
Axel y Jade llegaron al rio, Jade se sentó en una piedra y empezó a llorar.
-¡No valgo para nada Axel, para nada!-Jade había parado de llorar, ahora solo sentía tristeza.
-Pues claro que vales, para mí vales, no te conozco a penas, pero pensé que eras genial en cuanto te vi, esas cosas se sienten. Mira, este mundo de mierda no se merece que llores, no te llega nadie a la suela de los zapatos.
Axel levantó a Jade, le secó las lágrimas, le miró a los ojos y la abrazó. Las estrellas brillaban mucho esa noche, y de tanto en tanto venia un aire que hacia mover las hojas de los arboles, hacia una noche para recordar.
-Gracias Axel, muchas gracias.
Axel le abrazó aun más fuerte, y volvieron con sus amigos.
Justo antes de llegar Jade se detuvo en seco, Axel hizo lo mismo.
-Jade corrígeme si me equivoco, ¿pero esos no son Sam y Mae?
-Lo son.
-¿Y Sam no le esta cogiendo la mano a Mae?
-Lo está haciendo sí.
-¿Pero no decías que a Lane le gustaba Sam?
-Correcto.
-¿Y es que se acerca no es Lane?
-No fallas ni una chico.
-¿No crees que estan demasiado juntos?
- Mierda, espera aquí.
Jade empezó a correr, cogió a Sam de la mano y se lo llevó a una esquina antes de que llegara Lane. Sam y Jade estuvieron un rato hablando solos, hasta que Jade le hizo un corte de mangas, y se fue, parecía algo ofendida.
Cuando Jade iba hacia Axel, Mae se le acercó a hablarle.
-¿Jade podemos hablar un momento por favor?- Mae estaba preocupada.
-No, no quiero hablar con ninguno de vosotros, he tenido suficiente con la conversación que hemos tenido este mediodía sobre mí, y tampoco quiero hablar sobre lo que acabo de ver ni sobre lo que me acaba de decir Sam, ¿está claro? A veces sois unos idiotas, pero se que no lo haces a mal Mae - Jade estaba realmente enfadada- Mae no levantaba la mirada del suelo, como si estuviera a punto de echarse a llorar y nunca parar, Jade tuvo que contenerse para no darle un abrazo de consolación.
Jade caminó hacia donde estaba Axel y gritó para todos.
-¡Hola Lane! Nos vemos en la fiesta, yo voy con Axel, ¿por qué no te llevan Sam y Mae? nos vemos allí.
-¡Vale Jade! Vamos chicos- Lane se dirigió al coche de Sam
Jade y Axel llegaron al coche y se fueron los dos hacia la fiesta.
-Son unos idiotas...- Jade no quitaba ojo a la carretera mojada mientras lo decía.
Axel la miró un momento y luego siguió conduciendo en silencio, los dos miraban la carretera, sin decir una palabra, hasta que llegaron a la fiesta.
ESTÁS LEYENDO
Terapia
RomanceJade Cooper es una chica de 16 años, la cual va a terapia cada jueves por sus problemas de depresión y cráter, no siente a penas aprecio por nada.Un día aparecerá Axel Miles y su historia dará un giro de 180º en todos los sentidos.