Algunos problemas siempre vuelven, siempre...

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Eran las 5:30 a.m, Jade apenas había podido dormir dos horas, aunque se había ido a dormir muy tarde estaba totalmente desvelada. Se sentó al borde de la cama, aún con el vestido de la noche anterior, mirando fijamente la ventana, por la cual solo entraba oscuridad. No paraba de dar vueltas a su cabeza que era lo que sentía, estaba confusa, desganada pero a la vez ilusionada, aunque había pasado de todo, era la primera vez que realmente sentía tantas cosas que no podía levantarse de la cama. Cuando al fin cogió fuerzas para levantarse, leyó un mensaje que tenia de Axel.

Axel 3:50 a.m: Oye, mañana no iré a terapia, y me he ido a dormir a casa de mis padres que está más cerca que la casa de Sam, iré directamente a la fiesta, así puedo dormir más, ¿no te importa verdad?

Aunque este mensaje a Jade le hubiera molestado, quería hacerse creer que no, que no le importaba que le cambiaran de planes así como así, cuando era totalmente mentira.

Jade 5:40 a.m: Tranquilo :D

Jade llevaba unos días sintiéndose que era una inútil inservible, siempre había tenido tendencia a sentirse así, pero ahora esa sensación estaba más acentuada. No servía para los estudios, ni para relaciones sentimentales, era una mierda como amiga, y un fracaso como persona en sí, y aunque le pudieran decir que era guapa, a ella no le gustaba mirarse al espejo, no se sentía nada cómoda con ella misma, y tampoco solía gustar a la gente.

Jade tenía unas ganas enormes de llorar y de chillar, lleno la bañera de agua y espuma, se quitó la ropa y se metió dentro. Su mente no paraba de repetir:

INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL, INÚTIL

Esa palabra le atormentaba toda su vida. Llevaba 1 hora y media en la bañera llorando, decidió que ya era suficiente, salió del agua, se secó, y se fue a vestir, a las 8 tenia terapia individual y a las 10 empezaba la fiesta de Sam, que duraba todo el día, así que decidió ir ya preparada a terapia. Jade abrió el armario para coger el vestido que le había regalado Sam para llevar hoy, era precioso, era un vestido negro corto, con un escote de forma de corazón muy pronunciado, espalda cruzada y todo el ajustado, se subió a sus tacones y se miró al espejo, en parte llevar tacones le daba cierta seguridad. Cogió un bolso de mano negro y metió pastillas para estar mejor anímicamente, y como no su petaca y un cigarrillo con un mechero, que aunque estaba dejando de fumar, los llevaba por si acaso.

Hizo el mismo procedimiento que hacia siempre antes de salir, ponerle las llaves a su gato Gray. Miró el cielo, el día brillaba mucho, y no hacia el frio que debería hacer, para la época que era, aunque a lo lejos se veían algunas nubes grises advirtiendo que aquel día de sol acabaría aquella tarde. Aunque a Jade le gustaban los días lluviosos, sobretodo en su barrio, ya que le gustaba ver como la lluvia pasaba entre las casas, aunque le gustara, tenía que admitir que hoy no era un buen día para ello.

Jade se puso en camino hacia terapia, ya que iba caminando y le quedaba lejos de su casa. Fue caminando por la carretera hasta que pudo atajar por un camino por el bosque que llevaba a la playa y por donde podría llegar más cómodamente a terapia. Cuando llegó a la parte final del camino del bosque ya no aguantaba más los tacones, así que decidió quitárselos, pronto llegó a la playa y poco después a terapia.

Hoy a Jade le tocaba sesión individual, no había nadie en el edificio, ella lo prefería así, ya hoy venia de mal humor y sabía que no podría guardárselo todo. Entró en la habitación donde le tocaba hacer terapia individual, dentro había un libán, una silla para Jack, el psicólogo que le atendía, y un puf. Jade se sentó en el puf, mirando la sala mientras esperaba que llegara  Jack. Notó como le vibraba el bolso, lo miró, era un mensaje de Axel.

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