Capitulo 5

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¿Sería realmente tan capaz de huir?, todo parecería programado para quedarme a su lado. ¿Qué me ocurría al verla? no lo sé.

De lo único que en ese momento tenia noción es del hecho que todo estuvo trazado para que las vidas de mi secretaria y la mia, se cruzaran. desde el momento en que la vi caer delante de mi. Sólo supe que en ella había algo especial, tenía en su carita la angelical  mirada que hace mucho deje de ver reflejada en Bianca.
Y es que simplemente su angelical mirada desapareció cuando me metí en su cama.

Sus preferencias a la hora de tener sexo eran y son extravagantes, me vi envuelto en un clima desafortunadamente lujurioso, me vi incapaz de huir a su piel.

Mía tiene las manos más suaves que haya podido tocar en años.
Quedo prendado en mis pensamientos, me faltan cinco pisos para llegar a mi oficina, sé que me mira con desconcierto.

No sé el motivo aún por el cual la tengo en estos instantes al lado mio, son casi las siete de la tarde.

Sé de sobra que su horario término pero tenía la necesidad de que ella sea lo ultimo que viera el día de hoy.
Aún no sé cual va ser la tarea que le asignare pero con tal que me haga compañía, quiero que este aquí.
No puedo permitirme flaquear, no voy a volver a los brazos de Bianca.

La veo con cara de desconcierto, estamos solos en el piso catorce, no hay ruidos, de hecho nunca los hay pero ahora es diferente, ahora no hay nadie.

Su cara denota intranquilidad, no sé que le haya ocurrido allá afuera pero se nota que no pudo haber sido algo bueno, lo primero que hace al entrar en la oficina es tomar un whisky, sé que va estar demás pero sin poder contenerme cuando toma de un solo trago el tercero le aviso que el alcohol hace mal, que nada se solucionara si lo usa de escape.

Me mira y sonríe, solo dice que lo sabe que su intención no es escapar de nada, solo de alguien.

Solo quiero escapar de ella, de su engaño, de su mal corazón, esas palabras resuenan dentro mio, verle que al segundo día de trabajo se preocupe por su jefe con el corazón roto, no hace mas que llenarme de orgullo, se nota que es buena.

Le pido que me ayude a preparar un discurso para la reunión de mañana con los ingleses, yo no tengo cabeza para armar nada.

Ed sheeran- con su canción All Of The Stars,  suena bajito por el altavoz, estoy cansada no lo niego.
Estar aquí desde las ocho de la mañana, no ayuda para nada a mis ánimos.

Leo un poco sobre la junta de mañana y trato de que quede lo mejor posible, tengo ganas de lucirme ante
"Ojitos Claros".

Faltando veinte minutos para las nueve le propongo a Mía que me acompañe a cenar, ella duda por un momento pero finalmente gano por cansancio a su negativa.
Hacemos el mismo recorrido en ascensor que cuando llegamos a la planta baja, Germán el hombre de seguridad nos despide.
Todo Yunger Construcciones Esta deshabitada, a estas horas solo hay gente de seguridad y limpieza.

Conduzco varios minutos  hasta que llegamos a un restaurante un poco alejado del centro llamado
La Candela, está prácticamente deshabitado justo lo que necesitaba.
Un poco de tranquilidad, empiezo a preocuparme cuando Mía no abre para nada su boca, no conversa y el cansancio esta haciendo estragos en su rostro que para mi es lo mas bello que he visto en esta jornada.

Unos minutos después de que nos entregaran la carta ella se decide por ordenar sushi, simplemente la acompaño en sus gustos.

El lugar es increíblemente acogedor, está algo alejado de la furia de la capital, sigo sin entender que hago cenando con mi jefe en mí segundo día de trabajo.

Esto es tan elegante y yo me siento tan chiquita a su lado, con mi vestimenta que no hace otra cosa que demostrar lo que soy, una simple empleada, su traje le sienta fenomenal, está tan bien arreglado.
Ni parece que haya llegado a la oficina con la cara que llegó, ni mucho menos que se haya tomado tres vasos de whisky.

Los altavoces del restaurante reproducen una melodía demasiado lenta, necesito llegar a mi casa, a mi cama y una vez que este tapada con el cobertor escucharla por largos minutos.

Cuando llega el sushi que encargamos, ella simplemente dice exquisito.

Es lo único que ha dicho desde que llegamos, mira todo con curiosidad, se que lo hace disimuladamente pero lo hace, le pregunto si esta cómoda, que de lo contrario no tiene por que quedarse.

Claro que estoy a gusto le contesto, ver que le cambio el semblante me hace sentirme bien pagada.
Comenzamos a hablar de cosas banales, como comida favorita, bebida favorita, en fin. Cosas que lo único que generan es que nos conozcamos un poco más.

Una hora después voy a los servicios, dónde me retoco un poco el maquillaje, mi cara me vende, estoy rendida.

De pronto me despierto del todo,vla señorita Bianca esta detrás mio, con los brazos en jarra y cara de pocos amigos.

Un paso que ella avanza yo lo retrocedo hasta que simplemente ya no tengo escapatoria, muy cerca de mi susurra; sabia que él buscaría una zorra qué lo entretuviera.

Señorita creo que se esta equivocando; susurro al mismo nivel de voz que ella, yo nunca me equivoco, con la rapiditas como tú.
Mi cara es del color de un papel sin escribir, ella tiene una navaja en sus manos. Intento detener su accionar con mi mano, pero termina por lastimarla.

Estoy sangrando, la palma de mi mano sangra a borbotones.

La próxima vez lo que sangrara sera tu rostro cuando deje una huella mía, o quizás será tu corazón cuando él vuelva conmigo, porqué Alejandro es mío.
Eso está más que claro, ¡me oíste!, me repite antes de apoyar ahora si su navaja en mi rostro.

Yo asiento, esta mujer sencillamente se ha equivocado, porqué actúa así conmigo.

Tengo que salir de aquí, antes de que sea realmente herida.

Me cruzo con mi jefe a mitad de pasillo, me ve la cara de susto.

Pero no articula palabra, solo toma mi mano herida y la besa, acto seguido salimos juntos de ese espantoso lugar en el que una loca a la cual no conozco, quiso cortar mi rostro.

Al llegar al departamento me siento un poco más segura, ha querido saber que pasó pero no he tenido el valor de contarle la amenaza que ejerció sobre mi su novia.
Novia a la que no conozco pensé, pero respondí que se me había roto un espejo en la bolsa, no quería dejarme bajar de su auto sin una respuesta.

A la mañana siguiente muy temprano estoy sentada en la bañera con la ducha abierta,pensando en si quiero volver a esa oficina, con él no he tenido problema alguno, pero la loca de Bianca quiere verme lejos de su prometido.

Pienso en contarle lo sucedido al señor Yunger , pero y ¡¡sí intenta hacerle algo a él también!!!.

A las 8 de la mañana comienzo mi día laboral con las ojeras por el piso, Juliana nota eso entonces comienza a sonsacarme información que le niego rotundamente.

Decidí hacer oídos sordos a las amenazas de la señorita y continuar con mi trabajo.





"NO TODOS LOS QUE MUERDEN SON PERROS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora