Bajo la oscuridad

8.-Adversidad

Timor Snape se quedo quieto , no sé si fue debido a mi cara o al hombre que tenía enfrente, pero solo esperó nuestra reacción.

Sus ojos inspeccionaron cada parte de de mi rostro.

-Nicols. Largo-dije y el obedeció, quedándome sola con Timor.

-Explícate-me exige -sabes que no tienes otra opción. Vamos a un lugar más privado- dice y se retira , yo lo sigo, tratando de ordenar mis pensamientos.

Al salir del túnel el no se voltea a verme, y se dirige a la sala común de Slytherin. Al aproximarnos unos ojos negros como el carbón me interceptaron y su sonrisa tanteadora apareció de inmediato.

-Timor- lo llamó Tom, el solo asintió con la cabeza en su dirección y se retiro, pero me indico con una mirada fría y calculadora que lo vería en otra ocasión. Cuando Timor ya no estaba en nuestro campo de visión me dirigí a nuestra sala común. -¿A donde te diriges?

-Sólo quiero un poco de privacidad- con una mirada cómplice Tom me siguió.

Cuando paré enfrente del sillón que había sido testigo de nuestros encuentros previos, no me detuve allí, seguí caminando en dirección a la escalera de los chicos, Tom se paró un poco.

-¿No vienes?-Pregunté.

-Toca pociones- se limita a decir en el pie de la escalera. Pero después sigue subiendo las escaleras, decidido a no parar.

-Oh cierto, se me había olvidado- digo con voz aguda y una risita fingida bajando las escaleras, Tom me mira desconcertado y frunce su ceño- no queremos llegar tarde.

Con un gruñido Tom me siguió, mientras yo reía por su reacción.

-No juegues conmigo- me advirtió.

-No estaba jugando, pero no me gusta faltar a clase.- respondo.

Me mira y trata de tomarme la mano pero la retiro.

-No me agrada que me tomen la mano- digo seriamente.

-Para todo hay una solución que me beneficia- responde mientras pasa su mano por mi espalda hasta posarla en mi cintura.

Caminamos así hasta el aula de pociones el cual tenía la puerta cerrada, toqué y la abrió Slugorth.

-Estaba preocupado por ustedes, mis dos mejores alumnos no llegaban a clase.

-Permítame pedir disculpas por parte de ambos, fui a buscar a la señorita Mary puesto que el director la mando llamar y hemos tenido- hizo una pausa- un contratiempo.

El profesor sonrió con complicidad y nos dejo entrar a clase.

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-¿Disculpe señora Riddle en qué puedo ayudarla?-se burla Jane.

-Nada en este momento. Pero si me hace favor de decirme como se encuentra su amante el señor Parkinson me sería de gran satisfacción -respondo mirándole a los ojos.

Su cara se va transformando desde la confusión al enojo.

-¿Cómo?- pregunta.

-Sois demasiado obvios, no veo por que te preocupas, después de todo en nuestra casa se dan muchos casos de incesto- digo mirándola.

-Entre primos, nosotros somos mellizos, se ve mal ante los ojos de mis padres- dice encojiendose de hombros.

-¿Qué sabes de Timor Snape?-pregunto.

-No mucho, va en un año adelante de nosotros, fue prefecto, es el más sobresaliente de su curso, no se le ha visto a ninguna chica y es todo.-responde.- ¿qué pasa entre tu y Riddle?

-Es difícil de explicar, me atrae mucho pero, hay algo que me limita a el.

-¿Qué es lo que te limita?- pregunta en un susurro, para que nadie curioso del comedor se llegue a enterar.

-A veces pienso que es mi carácter, pero con el es él único con el que puedo decir lo que sea sin que suene cruel, porque el entiende mi forma de pensar y la respeta, no tengo miedo, y le admiro, sin embargo es como un fruto prohibido, se que mi adicción a el cada día crecerá y he de admitir que no me molesta, pero que pasará el día en el que decida irme.-hago una pausa- ¿ó ese día no llegará?.

Jane sólo me miraba y realmente se lo agradecía.

-Mary- alguien habla detrás mio y me volteo para ver quien es.

-¿Qué pasa Asthon?-pregunto al capitán del equipo de quiditch.

-Mañana tenemos partido contra Gryffindor y entrenamiento temprano- dice el rubio y yo asiento con la cabeza.

Un Chico con los mismos rasgos de Jane se aproxima a ella y le susurra algo en el oído, ella con un movimiento de cabeza se despide.

Me quedo sola por lo que resta de la hora de la comida y me levanto y me voy .

Me dirijo al aula de adivinación y al entrar soy la última en llegar antes de que el profesor lo haga me ha tocado en una mesa frente a Marcus.

El profesor empieza a indicarnos que debemos tomar unas cartas, le toca a el primero ,sacó las tres cartas y una por una las fui abriendo.

El enamorado su primer carta.

-Te sientes atraído por alguien o sientes demasiada curiosidad por ella por esa persona.-digo.

La estrella su segunda carta

-Tienes un poco de esperanza en ello-

El loco última carta.

-Ser dos personas a la vez-digo mirándolo a los ojos-tu turno.

Acomoda las cartas y indecisa tomo tres.

La sacerdotisa primera.

-Una mujer sabia, representa la virginidad y se rige por las leyes.- dice Marcus.

La muerte segunda.

-Un cambio, la finalización de una etapa y el comienzo de otra pero no le temes.- me mira.

La justicia la última.

-Cosecharas lo que sembraste-me mira y hace una pausa-aunque en tu caso no sembraste nada bueno.-

-¿A los ojos de quien?-pregunto.

-¿Cualquier persona con la moral suficiente?-me mira confuso-la adversidad llegará a ti.-dice mirándome a los ojos con desprecio.

-Dulces son los frutos de la adversidad*.-concluyo y me levanto.

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Frase de William Shakespeare