Golpeo mi cabeza una y otra vez buscando en mi mente esos versos que algún día pensé pero que nunca llegué a escribir.
Esos versos que se han perdido entre mis pensamientos y que nunca volverán.
Son versos muertos.
Rimas muertas.
Papeles en blanco y plumas llenas de tinta.
Podemos decir que son algo, pero en realidad no son nada.