Luna Oscura.

Capítulo 44.

Me veo una y otra ves en el espejo, frunzo el ceño y suelto un bufido molesta.

—¿que pasa? —pregunta Alex saliendo del baño en toalla, se ve tan guapo...

—¿¡que que pasa!? —digo alterada
—¡mirame estoy como una ballena! —digo molesta y triste ala vez, me veo de nuevo en el espejo, estoy en ropa interior y veo a una chica con una gran pansa.

Alex deja salir una gran carcaja ¡se está burlando! yo lo miro enojada y el poco a poco deja de reír.

—ya... Ya, perdón cariño, es que no te ves como una ballena, si no como una mujer hermosa embarazada —dice con una tierna sonrisa, yo hago un puchero y niego con la cabeza.

—seguro que me veo horrible —digo molesta, Alex aguanta la risa y me abraza por la espalda
—te ves, tan sexy así —me dice con voz ronca en mi oído, hace que todo mi cuerpo se erize, sus manos me acarician lentamente provocandome.

—Alex... —gemi cuando el comenzó a acariciar mis ahora muy sensibles pechos.

—esto será rápido —dice cargándome en brazos hacia la cama.

~°~

—cielos Jane —Alex se posiciona ala par mía exhausto,creo que lo hicimos cinco veces
—si lose —digo jadeando pero con una sonrisa, eso estuvo muy bien, ahora e aprovechado cada momento con Alex y mi familia estos 5 meses han sido los mejores de mi vida, Alex siempre a sido tan atento, preocupándose por mi a cada momento.

*Flashback*.

—Alex —digo susurrando a su oído, el gruñe y sigue dormido
—alex tengo hambre, tengo antojos —digo con voz un poco más fuerte, el abre lentamente los ojos y los frota antes de abrirlos completamente.

—¿que quieres comer preciosa? —pregunta somnoliento.
—quiero sushi y comida china —digo avergonzada.

—ya te lo traeré —dice levantándose de la cama.

Fin del flashback.

Reí ante aquel recuerdo, al pobresito le había costado trabajo conseguir mis antojos eran las 2:56 de la madrugada.

—¿que te hace tanta gracia? —pregunta Alex frunciendo el ceño
—nada solo recordaba algunas cosas —me acerco a el y lo beso intensamente, apasionadamente, sus labios siempre tan perfectos y cálidos.

Nos separamos por falta de aire, el me sonrió de forma pícara, yo me sonroje en respuesta,entonces un intenso dolor me atravesó por completo, mi vientre, el bebé ¡ya viene!.

—Alex, la bebé ya es hora —digo haciendo una mueca de dolor y tocando mi vientre, Alex por un momento se queda pálido, petrificado.

—el bebé ¡ahora! Si... Espera tengo que llevarte al hospital —dice nervioso moviéndose de un lado para otro, me visto apenas y salimos en dirección al auto.

—¡voy para el hospital! —grito con dolor a toda mi manada
—¡vamos para allá! —me responden todos emocionados.

Mi padre está cerca con los demás, solo han ido a visitar unas pocas manadas para ver que todo este en orden.

—aguanta cariño —Alex esta ansioso y nervioso.

Yo solo grito de dolor ¡demonios como duele! Hago muecas de dolor en todo el camino y Alex solo me mira preocupado,llegamos minutos después, es un hospital especial para lobos, me llevan en camilla lista para tener a mi bebe.

—no me dejes sola —digo apretando la mano de Alex de forma exagerada
—aquí estoy, no me iré a ningún lado —dice Alex dándome ánimos, pero yo solo soy gritos de dolor.

Llego la hora de tener a mi bebé.

—¡puja! —me dice la doctora extendiendome más las piernas, yo pujo con todas mis fuerzas, Alex me toma de la mano.

—una vez más, ya casi viene —dice la doctora
—ya no puedo, me duele —digo exhausta.

—una ves mas cariño tu puedes —acaricia Alex mi cabello y me mira dulcemente.

Pujo una vez más y se escucha el llanto de mi bebé.

—es una niña —dice la doctora sonriendo
—quiero verla —digo cansada.

Alex va y la carga en sus brazos, se ve tan feliz nunca antes había visto esa mirada ni esa sonrisa, esta mas que feliz.

—mirala, es hermosa —Alex la acerca a mis brazos y yo la cargo.

Es preciosa, tiene los ojos de Alex, amarillos como la miel, tiene mis labios, son tan delgaditos y rosados.

—es preciosa —digo sonriendo.

Siento una felicidad indescriptible, el alivio inunda mi ser, mi bebé esta bien, esta a salvo y es hermosa.

Alex carga a la bebé, sonriente y yo caigo rápidamente en la inconsciencia.