CAPÍTULO 5

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Piper Hale

—¡Morgana!—la llamo bastante irritada.

La morena de pelo rizado se gira en mi dirección y me mira a la espera de una respuesta.

—¿Quieres hacer el favor de bajar la maldita música? Estoy leyendo en mi iBook y no me puedo concentrar.

Automáticamente el jolgorio que se tenían montado con el equipo de música se detiene, y Cece y Galia protestan al unísono:

—Era la nueva de Rihanna —se quejan ambas.

Pongo los ojos en blanco y me levanto ofuscada del sofá, había tenido una noche de perros con Mia quejándose sobre la Fiesta de Bienvenida y la aparición de esta nueva hermandad, Deltha Phi. Lo único que buscaba era un poco de tranquilidad pero con estas tipas es imposible.

—Pero no te vayas, Piper, que ya la hemos bajado —murmura Morgana.

Simulé una expresión inocente y le dediqué una sonrisa prefabricada.

—Voy un momento a la cafetería, ahora vuelvo.

Bajo las escaleras en forma de caracol de la sala común de las Kappa y me predispongo a pillar algo de comer.

A Mia no le había visto el pelo desde esta mañana, lo cual quiere decir que o bien está peinándose/maquillándose o tramando algo para esta noche. Lo último me asustaba un poco. Mia podía llegar a ser bastante despiadada si se lo proponía. Pero bueno, la han buscado y la han encontrado.

Cuando consigo atravesar el gentío formado por el alumnado, hago cola para ser atendida. Odio hacer colas. Así que cuando pasan dos minutos, me canso y empiezo a empujar a la gente que tengo delante.

—Eh... Permiso, gracias... Permiso—murmuro sin dar tiempo a la gente a reaccionar, mientras avanzo entre la multitud.

—¡Eh! ¡Que yo estaba primero! —grita un muchacho de primer curso. Me paro en seco y le miro de arriba a abajo.

Éste hace un mohín, incómodo.

—¿Sí? No me digas. Pues ahora estás el segundo.

—Pero...

El mocoso de pelo oscuro es interrumpido por unas chicas de su curso, que le dicen que se calle tras reconocerme.

—Es una Kappa Sigma —murmuran en voz baja. Y éste arruga el rostro.

Sonrío cínicamente y continuo mi camino. Pido un brownie integral de crema y un Nestea Light y me largo de allí.

Cuando voy a darle un mosdisco a mi brownie, éste se ve hurtado por la entromida mano de alguien. Alzo la vista y es el memo de Oliver Chuckman. Pongo los ojos en blanco mientras que éste se lo come de un bocado.

Suspiro, muy molesta, pero intento calmarme.

—¿Tus padres no te han enseñado a no robar la comida ajena?

Éste sonríe, aún masticando mi delicioso brownie y me guiña un ojo.

—No quería hacer cola, pero tampoco hacer abuso de mi autoridad como Alpha —alza una ceja y se sienta a mi lado—Como hacen otras.

—No abuso de mi autoridad —contesto— simplemente tenía hambre. Y sigo teniéndola gracias a ti.

Arrugo mi nariz en señal de desaprobación y el moreno de orbes grisáceos estira la mano para coger mi Nestea.

—Oh, eso sí que no —señalo, agarrando mi lata con las dos manos y quitándola de su alcance.

¿Pero qué se ha creído este?

Mean QueensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora