CAPÍTULO 12

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Mia Mason

Contengo una última vez el llanto con ayuda del consuelo de Piper, que quiere saber exactamente lo ocurrido a las afueras del pub entre Dylan y Cassie.

—Mia, olvídalo, ¿no te das cuenta de que tan solo pretende ponerte celosa? Es lo que lleva buscando toda la noche.

Asiento desganada y me reviso el maquillaje ligeramente esparcido por mis ojos, acto seguido me decido a retocarlo y salir como si nada hubiese pasado.

—Lo sé, pero no entiendo por qué lo hace si sabe perfectamente lo que provoca en mí —le digo a la de cabello oscuro antes de bajar—, pues si lo que quiere es jugar, juguemos, pero tengo mejores cartas en mi baraja que él.

Piper ríe por lo bajo, aunque su agrado no se prolonga demasiado, en seguida vuelve a su expresión seria y me mira a punto de comenzar a hablar.

—¿No te he contado lo que vi yo? Por si no fuese poco la noche de perros que estaba teniendo con Oliver, encima lo acabo de ver hace unos minutos fumando como un yonki dejado de la mano de Dios. Daba toda la pena del mundo y más, por cierto, Dylan tampoco se perdió la juerga.

—Ah, ¿pero tú no lo sabías? Cada vez que salen de fiesta hacen lo mismo y creen que nadie comenta después lo patéticos que pueden llegar a verse.

Ambas suspiramos en el momento en el que escuchamos las elevadas risas de los chicos Alpha y rodamos los ojos, están comenzando a montar un bullicio bastante notorio.

—Será mejor que nos vayamos antes de que terminen por echarnos a todos por su culpa —propongo dirigiéndome a la salida del establecimiento.

Pips no parece bastante convencida, me observa dubitativa.

—Eh, Mia, yo no iré esta noche a la Facultad... Prefiero pasar la noche en casa de mis padres, no me apetece verme a Oliver por el campus si te soy sincera.

Aunque la comprendo, su plan me deja sin modo alguno de volver a la Hermandad, a no ser que me rebaje y regrese con Dylan, pero eso no es ni por asomo una opción.

Los chicos del Beta pagan su cuenta y se acercan hacia nosotras para despedirse.

—Chicas, nosotros nos vamos, ¿queréis que os llevemos a algún sitio? —añade Emmet pasando sus brazos por encima de nuestros hombros.

—No hace falta, yo tengo coche y me quedaré esta noche en mi casa, pero a Mia le haríais un favor —dice la de ojos añil dedicando una indiscreta mirada a Brandon y luego a mí, después se marcha tan campante por la puerta.

Me ruborizo levemente ante el atrevimiento de Piper, emparejándome tan sutilmente.

—Podría llevarte, tengo un precioso Bugatti Veyron esperando en el aparcamiento. Iba a irme solo, puedes hacerme compañía —plantea el chico de cabello rizado levantando las cejas repetidas veces.

—Mientras no te vengas arriba, por mí perfecto —acepto de buena gana con una sonrisa seductora que no tardan en captar tanto Brandon, como Dylan al fondo de la sala, totalmente pendiente a nuestra conversación. Aprovecho el momento para agarrarme del brazo del fornido integrante de los Beta y abandonar el recinto, no sin antes pasar por el lado de los Alpha quienes nos miran con recelo mientras cuchichean entre ellos.

Me apresuro en llegar hasta el coche por la gélida brisa que me azota nada más poner un pie en el exterior, Brandon se ríe disimuladamente y saca las llaves oprimiendo el botón que quita el seguro del vehículo, al entrar y posarme sobre el asiento del copiloto, su revestidura de cuero en seguida me aporta un mínimo de calor que necesitaba desesperadamente. Cierro la puerta y cuando Brandon imita mi gesto, percibo el aroma a tapicería nueva mezclado con la fragancia de hombre "Invictus".

Mean QueensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora