6. El innombrable

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Todos pasaron su mirada en él y en mi. Mi mejor amiga, mis hermanos y Paul sabían lo que sucedía entre nosotros, su odio hacia mi y mi rencor hacia él. El nerviosismo invadió mi sistema, apreté aún más mis dientes, realmente no sabía que hacer adentro, ignorarlo ¿tal vez? Sería mejor.

Estaba decidida, ignorarlo es la mejor opción. Malditos juegos de mierda.

Volteé a verlo para saber que reacción puso, él solo tenía un semblante serio e indiferente, en su rostro se puede apreciar que no le gusta nada el juego. Al principio del juego, me daba gracia como las personas salían asustadas y felices, desfajadas y despeinadas, era gracioso, pero ahora ya no, es el peor juego de mi vida.

-¿Querrán apurarse?- pregunta Paul algo celoso, ¿por qué rayos es así?

Miré a Robert  unos instantes, seguía igual de indiferente. Por un momento sentí que sonrió pero sólo soltó una carcajada. Se levantó de su lugar y se dirigió a Paul, se detuvo en seco frente a él analizándome cada parte de mi cuerpo, esto empezaba a incomodarme.

-Bien, me echare un polvo con ella adentro- sonrió descaradamente en mi cara, como si esto fuera gracioso.

-Imbécil- le escupí con rencor, empezaba a odiarlo pero a la vez quererlo más. ¡Jesús mata me!

Paul hizo un ademán para que lo siguiéramos, le eché una mirada rápida a mis hermanos, ellos ya no estaban, solo mi mejor amiga platicando con otras chicas. 

Robert caminaba con su celular en mano, casi choca contra la puerta de una habitación en donde Paul entró; parecía de sus padres, era antiguo, muy antiguo.

Un closet pequeño apareció en mi campo de visión en el momento en el que entré, ni siquiera él y yo entraríamos ahí, sólo una persona más pequeña que yo, la vida no me podía joderme más.

Miré a Paul exigiéndole que me saque de esa locura, él solo reía y negaba con la cabeza.

-Sus celulares- ordena.

-Pero no me puedes hacer esto- dije asustada- ¿Cómo quieres que pierda el tiempo ahí? ¿Jugando manitas calientes con él?

-No Lily, deja de estar de chillona y dámelo- exigió alterándose un poco, lo estaba sacando de quicio.

-Te lo daré hasta que la apocalipsis zombie empiece- me negué nuevamente, no puedo dárselo. De alguna manera debo perder el tiempo ahí y definitivamente hablar con Robert no.

Giré mi cabeza para ver si Robert seguía en la habitación, y de un momento a otro me lo quitaron de las manos. Ya quiero que pasen los 7 minutos para vengarme de Paul.

-Buena jugada Wilson- acepté y levante mis brazos en forma de rendición. Entré al pequeño closet sentándome en una esquina, Robert siguió el paso, pero él en otro lado, lejos de mi.

Antes de que cerraran el closet le lancé una mirada asesina a Paul, ¿por qué me obligaba? Me hacía sufrir juntándome con este imbécil y de los grandes.

Escuché algunos murmullos afuera, por un instante no les puse demasiada atención hasta que oí un grito diciendo "¡Nos vemos en media hora! Diviértanse". En ese instante me asuste, ¡no me pueden dejar media hora con él! No puedo estar en la misma habitación con él, podríamos causar un caos. 

Podría provocar que mis sentimientos hacia él aumenten, no quiero estar pensando en él la mayoría del tiempo, quiero sacármelo de la cabeza de una puta vez pero estando aquí no lo lograría, no quisiera sentir algo por un hombre y más por un idiota como ese. No quiero quererlo, solo con la idea de que esta con Allison me enferma, me mataría si siguiera después de ella, maldito amor.

Después de ella...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora