Cita 4/?

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[KLAUS]

Caroline estaba mal. Destrozada. Herida. Podía notarlo en su mirada, aquella que me hacía flotar en el atlántico por momentos en mi cabeza. Aquella hermosa pueblerina vampiro de la que me enamoré, por la que hice cosas que no haría nunca por nadie... Estaba sufriendo. Estaba herida por dentro, estaba sola y necesitaba a alguien. Pero era tan testaruda que no me permitía estar ahí para ella. Ser alguien a quién contarle sus penas y errores sin reclamos o juicios como respuesta. Ella necesitaba apoyo, un hombro en dónde llorar, ya una vez se lo había negado, y me arrepentí de eso por mucho tiempo, pero ya no lo haría más.

Después de haberme resumido su vida y haber sufrido por recordarlo, su mirada cristalina y sus ojos retenían aquellas lágrimas que reclamaban salir. Se notaba que habían estado allí por tiempo. Escondidas y guardadas por ella. Negando el dolor y la verdad. Pensé en hacer algo en aquél momento. No podía dejar que continuara así, no podía hacerlo. Tenía que hacer algo por ella, y sabía justo qué era lo que necesitaba. Me levanté de la silla ofreciéndole mi mano, ella sólo me miró extrañada.

-Concédeme un baile amor, porfavor.- Ella me devolvió el gesto y se levantó lentamente. 

Pasamos al centro de el salón para bailar la melodía que los músicos tocaban. Puse mi mano en sus cintura y tomé la suya con la otra. Noté cómo se estremeció ligeramente por el tacto, como hacía un rato en la entrada del lugar. La acerqué un poco a mí, pues era la posición de un baile romántico. Comenzamos a movernos lentamente de un lado hacia otro. Podía percibir su aroma desde allí. Su aroma natural, no ningún perfume. Ella tenía un agradable y delicioso aroma que simplemente no podía describir. Su rubio y dorado cabello olía a lavanda, siempre había sido así. Siempre percataba esos detalles que la hacían como ella es.

-Extrañaba esto. Es como volver al pasado. Tú y yo bailando de un lado a otro, juntos, sin molestas miradas de odio.- Yo le hablaba al oído al mismo tiempo que percibía su olor.

-Había olvidado cómo se sentía-.

-¿Qué cosa amor?-.

-Esto. Todo. Tú y yo. Había olvidado cómo se sentía estar cerca de tí. Había olvidado cómo se sentía que me miraras con esa cara que me pone nerviosa. Retarme. Ponerme a prueba. Había olvidado que cuando estoy contigo me siento como una niña adolescente y rebelde que cae en el truco de cartas o pierde una apuesta. Como si estar contigo estuviera prohibido, pero de alguna manera se siente bien.- Nunca me había dicho eso, era como un valde de agua fría. Siempre supe que Caroline sentía algo por mí, pero jamás pensé en todo eso.

-Nunca me lo dijiste.- Estaba impresionado, sonreía internamente. Y fue lo único que se me ocurió decir, ella me ponía nervioso también.

-Esque hay cosas que son mejor mantenerlas en secreto.- Guardámos silencio  por un momento. Yo reflexionaba lo que había dicho, y no estaba seguro de porqué ella lo hizo. De igual manera, no nos veíamos a la cara. Después de momentos silenciosos, ella habló.- Creí que irías.

-¿De qué hablas?-.

-Cuando encendí mi humanidad, me dediqué por un momento a pensar ¿qué si alguien hubiera podido hacerme volver a tiempo a mi humanidad, antes de hacer todo lo que hice?, entonces pensé en tí, me pregunté cómo habría sido tenerte ahí en los peores momentos. Como cuando mamá murió. Me habría gustado tener a alguien que me hubiera hecho llorar todas esas lágrimas, que por orgullo tragué. Y no es que culpe a los demás o a tí, es que sólo había una persona que podía lograr que hiciera cosas que yo no haría por mí sola, y ése eras tú-.

Estaba procesándolo aún. Pude sentir todo el dolor que cargaba en su pecho junto con sus pesadas respiraciones. Tenía qué hacer algo por ella, era momento que compensar todos los momentos en los que le falté. Así que me decidí. Agaché un poco la cabeza para poder verla directamente a los ojos. Estaba peor que hacía un rato, las lágrimas estaban que suplicaban por salir. Me acerqué a ella lentamente y acaricié su mejilla, ella me miró con una cara de dolor, y no dudé en hacerlo ni un segundo más.

Resistiendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora