Cállate y bésame

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[KLAUS]

Mi teléfono estaba sonando. Dudaba en contestar. Estaba pensando, y con el asunto de Hope y Hayley queriéndosela llevar me ponía nervioso. Ella no significaba nada para mí como para mis hermanos, hasta podría matarla. Pero eso significaría que Hope me odie toda su vida, ahora que sí era conciente de todo, no se le podía engañar con aquellas mentiras piadosas.

El teléfono no cesaba. No se callaba. Debía ser importante como para que la persona que estuviera marcando no comprendiera la indirecta "no quiero hablar ahora". Ni siquiera había visto quién era. Lo saqué del bolsillo de mi chaqueta. El nombre que brillaba en la pantalla no era mas que alguien que no esperaba. En realidad se me paralizó el corazón, como si me hubieran enterrado una daga. No dudé ni un segundo en contestar.

-¿Caroline?-Me escuché a mí mismo nervioso y me dí cuenta que mi voz tembló un poco, casi tartamudeando. Tardó unos segundos en hablar, pero al final lo hizo.

-Am, hola. ¿Klaus eres tú, cierto?-Sonaba nerviosa, tímida. Lo que la volvía tierna, por lo que no pude evitar sonreír.

-Quién más que el mismo diablo, amor.-Ella rió por el otro lado muy bajo.

-Necesito verte.-Extrañamente, mi corazón comenzó a latir muy rápido.-Antes de que pienses como Klaus siempre lo hace, es por una emergencia-.

-¿Quién me crees que soy, Caroline?-Fingí estar indignado.

-Oye, deja de coquetear conmigo. Tienes qué venir al Hospital Central, estoy aquí.-¿Caroline en NOLA? ¿CAROLINE EN NOLA? La maldita idea me ponía de una manera tan estúpida, como un maldito adolescente que está a punto de salir con la persona que le gusta. Qué horror, Caroline era la única capáz de ponerme en ese estado.-Tu hija, ella, ella está aquí.-Todo se fué al caño por un segundo. ¿Caroline con mi hija? ¿HOPE APARECIÓ? Pero en el hospital, eso no me gustaba.

-¿De qué hablas cuando te refieres a mi hija, Caroline?-

-Tiene unos 14 o 15 años. Baja estatura. Tu mismo tono de cabello. Tiene rasgos parentales de Hayley. Está masacrada con cortadas en los brazos y piernas. ¿Te suena?-No estaba siendo sarcástica. Sonaba muy seria. 

-Salgo de inmediato.-Colgué el teléfono. Ni siquiera tomé las llaves del auto, iría corriendo sobrenaturalmente.

[CAROLINE]

Klaus enserio sonaba preocupado. Nunca lo había visto de esa manera. Bueno, presenciado más bien. Sólo hace unos años cuando me confesó el secreto de su hija.

De pronto las puertas del hospital se abrieron de manera dramática. Klaus apareció detrás de ellas. Yo, sentada en la sala de espera, me levanté sorprendida. Me buscó con la mirada por unos segundos, hasta que logró encontrarme. Se acercó a mí rápidamente. Su cara expresaba una especie de mezcla de miedo y satisfacción. 

-¡Caroline! ¿Dónde está?-Me quedé muda. Me había tomado por los hombros. Se veía increíblemente atractivo. Más guapo que nunca. Dios, concéntrate tonta. Lo miré a los ojos. Estaba aterrado.-Caroline, ¿en dónde está mi hija?-Volvió a repetirme sacándome del transe. Sacudí un poco la cabeza.

-Está en observación. Cuando la traje me dijeron que posiblemente necesitaría operación, pero el doctor no ha salido desde entonces.-Soltó mis hombros y se dirigió a la recepción.

Estaba pidiendo informes, pero le dijeron lo mismo. No había noticias. No podía entrar a verla.

Se volvió a dirigir a mí. Miraba al piso y caminaba con las manos por todos los lados. Parecía pensar, al mismo tiempo que parecía no hacerlo. 

Resistiendo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora