Tercer Chocolate - Domingo 3

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Tercer Chocolate.


Mi niña linda he llegado a la iglesia y te encuentro en la última banca, justo donde yo tomo asiento todos los domingos, pero ¿qué es lo que veo? ¿Estás hablando con "mi novia"? 'si, entre comillas, porque la verdad ella no me gusta', ¿cómo es posible que ustedes se conozcan?, si ella no es del tipo de persona que encaja contigo, tu eres una chica dulce, linda, humilde e inocente; en cambio ella es todo lo contrario a ti. 


Me acerco a ustedes, ya que de por sí, siempre me siento al lado de mi novia, tú te das cuenta de eso y tu sonrisa baja un momento a una de incomodidad al ver como ella me toma de la mano y me da un beso; discúlpala, ella no entiende que en lugares como este 'la iglesia' no debe de tener contacto físico y afectivo conmigo. 


Te saludo con un leve "hola" y tú me lo devuelves, para luego levantarte e irte a la banca de adelante con tu amigo, novio, hermano, conocido; lo lamento, aun no sé qué es el de ti y mis celos no me dejan pensar con claridad.


Últimamente Katherine no me da mi espacio, toda la semana trata de pasarla conmigo, cuando lo único que quiero en momentos como esos es tratar de verte, pero nunca te veo, aunque pase toda la tarde en el parque; ¿adónde pasas el resto de la semana mi querida amante de los chocolates? Me encantaría ser el sol que te acompaña todas las mañanas, me fascinaría ser la luna que te ilumina en las noches y también me gustaría ser el ángel guardián que te cuida todos los días. ¿Sabes? Creo que voy a cortar con ella, siento que me sofoca y no me da mi espacio y tiempo; si tú fueses mi novia, mi espacio estaría completado contigo, mi tiempo estaría siendo bellamente gastado al lado tuyo.


Puedo ver tu hermoso cabello negro moverse mientras te levantas para dar la paz a tu amigo y los demás de tu banca, te das la vuelta y me sonríes muy levemente, como si a la vez no quisieras hacerlo, terminas dándome la paz y luego se la das a Katherine. Por poco lo olvido, ¡el chocolate! ¡Es verdad! Rebusco tranquilamente entre mis bolsillos y lo encuentro en mi bolsa de la camisa, lo saco con mucha calma y lo deslizó en tu bolsón de cruzar.


Me pregunto todos los domingos que llego a casa, ¿Le gustará el chocolate?, o ¿lo habrá botado, pensando que era veneno? 'bueno, hoy en día se ve de todo', solo espero que te gusten, no te preocupes mi niña linda, pronto sabrás quien es el causante de esos misteriosos Chocolates que aparecen en tu bolso.


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¿Que les pareció? ¿les gusto? Si fue así, dejen sus comentarios y votos. Me alegraría también que la agreguen a su biblioteca.

El Chico De Los Chocolates © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora