Noveno Chocolate - Domingo 9

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***


Noveno Chocolate.


Todos dicen que la respuesta esta en tu corazón, pero sinceramente para mí, las respuestas a mis preguntas se reflejan en tus hermosos ojos. Todas las palabras y frases que pienso todos los domingos mientras te veo me encantaría decírtelas, pero no me atrevo a hacerlo. Si supieras lo cuanto que tú me gustas, si supieras que con solo verte me alegras mis domingos a pesar si estoy teniendo un mal día, tu sola sonrisa hace revolotear mi corazón, tu tierna mirada hace que viaje a otro mundo, un mundo donde no existe nadie mas que tú.


Ahora me encuentro aquí camino a la iglesia con un snicker envuelto en un papel verde claro 'tu color favorito según se', en el esta escrita una carta para ti, la cual me he animado a hacer, esperando que con ella sepas mis sentimientos hacia ti por parte mía.


¿Sabes? Ya llevamos dos meses, es gracioso decirlo así, suena como si nosotros tuviésemos una relación y fuera nuestro mesiversario, más bien dos meses y una semana con hoy ¿no?


Hace dos meses más o menos que no tengo novia, ni he coqueteado con ninguna chica; siento que si lo hago seria como serte infiel, irónico ¿no?. También, que ya no me siento atraído por nadie mas que tú, veo las chicas que pasan coqueteando a mi lado y ya no me atrae verles los pechos, ni el gran trasero que pueda que tengan. Justo ahora una chica me guiño el ojo coqueteando conmigo, lo único que hice fue sonreírle amablemente sin malicia.


Llego al fin a la iglesia y me siento en mi banca de siempre, me pregunto si tu piensas en mi como yo pienso en ti, me pregunto si sabes quien es el causante de esos chocolates que domingo a domingo aparecen en tu bolso.


— Hola, nos vemos otra vez — y soy interrumpido por la niña más hermosa que mis ojos pudieran ver.


— Hola Barbara, nos vemos otra vez de nuevo — trato de sonreír sin hacer notar mi nerviosismo.


— ¿Puedo sentarme contigo? — preguntaste con una tierna sonrisa.


— ¡Claro! — exclamó con notable alegría.


Me muevo un poco y tomas asiento al lado mío, sacas una pequeña cartera de mano de tu bolso y sacas del interior de esta un pequeño sobre.


— Toma — me lo das y sonríes tímidamente.


— ¿Eh? — suelto sin comprender.


— Esto... Amm... Es tuyo supongo — arrugó el ceño extrañado. Tomo el pequeño sobre el cual está algo abultado como si algo relleno viniera dentro — pero... por favor no lo abras aun ¿sí?


— De acuerdo.... Ohh — suspiré con una sonrisa un poco confundido.


— Ahh — titubeaste — yo solo quiero decirte... Amm ¿gracias? — dicho eso te levantas para donde está tu amigo Joshua 'el cual no me di cuenta en que momento entro', y me dejas aún más confundido de lo que estaba.


¿Que fue eso? ¿Gracias? ¿De qué? Aish, en serio que quiero abrir este sobre ya 'el cual mide no más de 10 centímetros, de color verde claro y tiene unas decoraciones a los lados', en medio dice "Para: ECDLC", ¿qué significa esto? Te volteo a ver y te pillo mirándome, te sorprendes y volteas a ver rápido para el frente.


La misa ha comenzado y ha estado tan tranquila con el tema del bullying, pero yo no he puesto mucha atención por estarte observando, en definitiva hoy tengo que hablar contigo y además debo darte mi cara de confesión.


Mi niña, mi niña bella ¿qué ocurre? ¡Oh! ¿Podría ser? Por casualidad... ¿Será esta tu confesión? ¿Es posible?... Pero qué onda con el remitente... ¿ECDLC? que querrás decir con esto...


Al parecer hoy no ha venido mucha gente, estoy sentado solo en esta banca y tú con Joshua están solos en la suya muy adelante de mí.


En esta pequeña carta te entrego mi humilde corazón, mi niña bella.


La misa ha acabado, sentí que paso tan rápido. Tú aun te encuentras sentada mientras Joshua se despide de ti y te quedas sola en la banca. Han pasado cinco minutos ya desde que él se fue y aun sigues sentada allí, frente a mí, sola.


Respiro profundamente y me levanto, camino despacio y me detengo al estar a tu lado, miras hacia arriba ya que estas sentada y yo de pie, me sonríes tiernamente y te mueves a un lado dejándome espacio para sentarme.


— Espero no hayas abierto el sobre aún — dices con tranquilidad y yo solo niego con la cabeza — bien — miras hacia abajo mientras muerdes tu labio inferior nerviosa — lamento haberte dejado solo en la banca — asiento con una sonrisa para tranquilizarte.


Tengo el chocolate con la carta en mi mano, estoy en un dilema de si dártelo o no, lo sé, soy un cobarde bien hecho.


— Ya es de noche, ya ha oscurecido — miro la gran ventana de la iglesia de nuestra derecha, es claro que llegaremos tarde a nuestras casas.


— Aja, tienes razón, ya ha oscurecido — dices sonriendo a la luna — creo que debo irme ya — pero antes tomo tu mano y dejo mi confesión en ella. Aprovecho que estabas viendo la ventana y antes de que me mires salgo huyendo prácticamente.


Dejo de correr hasta que llegó a la tienda que está cerca de mi casa, trato de recuperar mi respiración normal y al lograrlo comienzo a reír frenéticamente como un loco enamorado. "Gracias Dios", digo esas palabras sonriéndole al oscuro pero brillante cielo.


***


Oh dios! I'm coming, I'm coming, yeah yeah...


¿Como se encuentran mis queridos lectores de ECDLC? déjenme decirles que el final se acerca ;-; lo se, lo se... Pero todo comienzo tiene siempre su final ¿no?


Díganme que les ha parecido... ¿Les gusto? (^o^) <3 ¿no? :'( :-(


Espero sus comentarios, votos y también que puedan agregarlos a sus listas y a su biblioteca. Besitos babosos para todos y todas... :-*


El Chico De Los Chocolates © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora