Rusijos ruletė

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Insinuación de Gray/Lucy, Gray/Lisanna, Kyouka/Sayla, Keith/Lamy (no sé por qué xd) y creo que eso.

Parejas: Mard/Lucy y Jackal/Lisanna.

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Se restregó un ojo mientras se calzaba sus pantuflas de Tinkerbell sin interés alguno de salir realmente de la cama. Soltó un bostezo mientras bajaba las escaleras osadamente, con los párpados medianamente cerrados. Lo bueno es que conocía muy bien su casa, y no era un real problema. Seguramente si no estuviera demasiado tiempo en ella, se hubiera sacado la santa mierda bajando los escalones.

Estiró sus brazos al aire mientras de dirigía a la puerta principal, y abrió sin miramientos el pedazo de madera. Estaba medio dormida, y estando así, realmente no le importaba nada. La noche anterior se había dormido a las cinco de la madrugada gracias a su novela, y ahora, eso se convertía en un verdadero problema.

—¡Lu...! —la mirada de una albina miró con sorpresa a la chica. Y el hombre de cabello oscuro al lado de ella, también. Aunque Lucy se extrañó de verlo sonrojado.

—Lisanna, Gray... ¿Qué pasa? —preguntó para luego restregarse de nuevo el párpado, pretendiendo que su vista borrosa se fuera un poco.

La albina parecía algo incómoda, al igual que Gray. Sin embargo, éste último desvió la mirada con el sonrojo aún claro a los ojos adormilados de la rubia.

—Lucy... ¿podrías? —murmuró el chico notablemente avergonzado, mientras indicaba el pecho de Lucy. Ésta frunció el ceño sin entender nada, y bajó su mirada a donde su amigo le indicaba. Encontrándose con que su pijama estaba desabotonado.

¿Tan desastrosa era para dormir?

Y luego de unos segundos, cayó en cuenta de que había salido así a abrirles a su par de amigos. Pero lo que la hizo entrar en más pánico, fue el pensar en qué hubiera pasado si un desconocido era el que tocaba el timbre. Y ella saliendo así...

—¡L-lo siento! —exclamó, mucho más despierta, y dándose la vuelta para abrochárselo bien. Luego volvió a voltear, y les sonrió con nerviosismo, diciéndoles que pasaran intentando hacer como si nada hubiera pasado.

Una vez dentro de la casa, y sus dos amigos sentados en los taburetes de su cocina con ella del otro lado del mesón, preguntó.

—¿Para qué venían? —carraspeó.

Aún se sentía la incomodidad de Gray. Y sólo de él, porque Lisanna ya parecía haberlo tomado como un maldito chiste.

—Bueno Lucy, queríamos saber si te gustaría acompañarnos a la ciudad de al lado —sonrió Lisanna.

Lucy alzó una ceja, y Gray miró ya habiendo olvidado más o menos lo de antes, a la albina.

—¿La ciudad de al lado? —soltó sin entender.

—Ajá, la ciudad de al lado —repitió.

Gray frunció el ceño.

—Hay muchas ciudades de al lado —comentó.

En ese momento Lisanna enrojeció por la vergüenza, y Lucy sonrió. Karma, querida amiga...

—Es que... no recuerdo su nombre —confesó con pesadez.

Los otros dos rieron ante la declaración de la albina, y Gray por su parte, pasó su brazo por los hombros de Lisanna. Logrando que ésta se sintiera más avergonzada si cabía.

Lucy y ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora