La Verdadera Cara del Ricachón(Life Is Strange)

Segunda Parte. Capítulo 2. "Sin Tiempo".

Aún era algo temprano, así que IA se abrigó bien y salió de su habitación, directo a la parada del bus. Tenía hambre, recordó que cuando niña comía en un restaurante llamado Two Whales Diner ubicado frente al malecón cerca del faro. Ahí trabajaba la madre de Chloe, Joyce, quien no veía ya hace mucho tiempo, al igual que a Chloe.

    Una vez en el lugar, IA se sorprendió al encontrar a alguien que no esperaba ver ahí. Era nada menos que Nathan Prescott. -Qué bien- pensó ella. Se sentó frente a Nathan sin siquiera preguntarlo y lo observó un momento, el chico parecía extrañado. Intentó ignorarle y giró hacia la ventana, pero IA seguía ahí, mirándole sin mostrar signos de burla o incomodidad, simplemente estaba quieta e inexpresiva como siempre. Al poco rato Nathan preguntó por fin. "¿Qué a caso tengo algo en la cara? ¿Por qué me miras de esa manera? ¡Rara!" "Me han llamado cosas peores, en serio." Se defendió IA sin quitarle la vista de encima. Él la miró atónito. "Además sí, sí tienes algo en el rostro, ¿qué te pasó? Parece como si te hubieras involucrado en una pelea con una nena." Dijo IA señalando el rasguño que Max le había dejado en el lado izquierdo del rostro la tarde anterior mientras ella paseaba por el estacionamiento de la academia. "No es nada-" Nathan cubrió su mejilla con la mano y desvió la mirada. "Como quieras." Soltó la albina bebiendo del café del ricachón. "¿¡Qué mierda te pasa!?" Prescott intentó quitarle la taza, pero ella simplemente bloqueó su ataque con el brazo derecho y dejó la bebida en la mesa. Él la miró unos segundo hasta que IA acercó su rostro al suyo quedando nariz contra nariz. Nathan parecía nervioso, mientras que la chica seguía sin expresar algún intento de sonrisa o rubor. Suspiró, cerrando sus ojos y abriéndolos en segundos, para después sentarse de nuevo en su silla. "Me llamo IA, IA Unicorns. Te conozco, ambos estamos en la misma clase. Ayer no presentaste tu examen final. También coincidimos en las afueras de los dormitorios y no te disculpaste por hacerme caer. ¿Crees que doy miedo? Tranquilo, soy humana, hasta donde sé." IA llamó a Joyce para que le atendiera. La saludó como es debido y ordenó un café con bollos. Después se volvió hacia Nathan, esperando a que contestara a aquello que ella le había dicho. "Sé quien eres, eres la loca que jamás sonríe ni llora y es parte del Club Vortex. Victoria me ha hablado de ti, dice que eres una buena amiga, también cree que estás interesada en Mark Jefferson, su maestro de fotografía. Mmm, ¿será cierto? ¿O sólo es un rumor?" Apoyó los brazos sobre la mesa y se acercó un poco a IA. "Veo que los rumores sobre que eras muy guapa no eran sólo palabras vacías." Dijo relamiéndose el labio inferior. "Sigo esperando una disculpa, rich kid." Golpeó la mesa con el puño provocando que Joyce se acercara a ellos. "Oigan, oigan, ¿qué sucede aquí?" Preguntó enfadada. "Nada importante, Joyce. No te preocupes." IA sonrió levemente y se recargó en su asiento. Nathan se levantó bufando y salió del restaurante. La albina lo siguió sin más y al llegar afuera lo jaló del brazo. "¿Qué sucede? ¿Por qué te vas? Lamento haberte asustado, pero no me gusta que la gente no se disculpe por molestar a otros." Comentó dirigiéndose al muchacho quien la miraba atónito. "¿Y bien?" Esperando a que Nathan dijera algo. "¡Tks! Lo siento." Murmuró. "¿Jumm? ¿Qué fue éso? Repítelo, ¡más alto!" El chico se encogió de hombros desviando la mirada y algo sonrojado. "Lo siento." Estaba molesto, jamás se disculpaba y sentía que había caído bajo. "Gracias." IA desordenó el cabello del chico, mostrando una leve sonrisa obviamente falsa y se retiró. Nathan no le quitó la vista de encima mientras esta se perdía en un callejón. Decidió no prestarle atención a lo ocurrido. Giró en dirección al faro y guardo sus manos en los bolsillos de su chaqueta, cuando notó que dentro de éstas había una tarjeta con un número. Sabía a quien pertenecía. Pensó en tirarlo, pero no lo hizo, lo guardó de nuevo en su bolsillo y se encaminó hacia la academia.