Capitulo 3 El enfrentamiento.

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Luzbel escucha a lo lejos el sonido del cuerno de oro, en ese momento le dice a sus súbditos.

Luzbel: - ¡seguirme al castillo, iniciaremos la guerra! - Gritó -

De repente, el aparece en el atrio donde se encontraba todo el ejércitos del reino, en medio de él y el castillo, en el balcón se encontraba el rey sentado en su trono, rodeado de sus 7 leones blancos los cuales se colocaron de pie al oler el aroma del mal y rugieron muy fuerte, el rey se acercó al borde balcón y dijo:

Elohim: ¿por qué hijo, por qué te rebelas contra mí?

Luzbel: no tiene sentido el ser creado para gozo y disfrute de su creador, no hay nada de gloria u honra en eso. ¡Yo quiero más!

Elohim: hijo fuiste creado como el más hermoso, lleno de sabiduría y conocimiento, y se te nombro querubín protector de todo el reino, no entiendo... ¿porque tanta codicia?

Elohim: hijo aún estás a tiempo de retractarte de toda esa locura, si lo haces te perdonaré.

Luzbel: ¡Noooooooo! Nunca me arrepentiré de lo que hago, yo te odio....

Al escuchar estas palabras el rey se consternó, y grito...

Elohim: hoy se halló el mal en ti, desde ahora en adelante te llamarás Abdón (príncipe de las tinieblas), se te quitará tu espada, tu armadura, el gozo, tu gloria y serás expulsado, exiliado; cuando seas derrotado, te enviaré a las fosas más profundas y oscuras del Seol, el cual está ubicado en un lugar llamado Zerets, éste será tu hogar, tu morada; este día quedará grabado en tu memoria por toda la eternidad como recordatorio de tu derrota, no te destruiré, porque mientras exista tú sabrás que no hay otro como yo, rey soberano del universo.

Dando su espalda al rebelde; tomó de los hombros a sus dos guardias de honor que tenía la derecha y a su izquierda; susurrando les dijo:

Elohim: Gavriʼel, Mija-El hagan su trabajo.

Mientras Elohim se retiró a su aposento, abatido por lo que acontecía.

Los leones rugieron, el cielo se tornó oscuro con tonalidades rojizas, en medio de las nubes salieron truenos, rayos y centellas; Gavriʼel y Mija-El sacaron sus espadas, sus inscripciones se iluminaron, sus alas se encendieron en fuego, Mija-El se abalanza sobre Abdón y comienza la batalla.

Las espadas de ahora Abdón y Mija-El chocaron fuertemente brotando chispas por el lugar, el fuerte sonido a causa del material tan poderoso y resistente con el cual fueron creadas se escuchaba a lo lejos; Miguel mirando fijamente a los ojos de Abdón le dice:

Mija-El: cómo pudiste olvidar todo lo que vivimos juntos, te enseñe todo sobre el combate y tú mencionaste todo sobre la alabanza, todas tus palabras fueron mentira.

Abdón: momentos que en realidad disfruté mi querido hermano, pero ya no hay vuelta atrás, quiero todo el reino, únete a mí y reinaremos juntos.

Mija-El: ¡jamás creeré en tus mentiras, nunca daré mi espalda a Elohim, mi fidelidad está con Él!

Abdón: ¡Mija-El hoy te destruiré junto a Tu ejército!

Éstos pelearon durante 40 días y 40 noches, la última noche del combate, Abdón quiso huir al ver su ejército derrotado por Gavriʼel y los demás arcángeles de la guardia de honor; en ese instante Mija-El se incendió en su totalidad, incrementando su fuerza, velocidad y poder, interceptando de esta manera Abdón en su retirada, lo abrazó y éste estuvo a punto de destruirlo; Abdón cayó fuertemente en un mar de cristal rompiendo toda la superficie, Mija-El lo despojo de su espata y su armadura, tomándolo por una de sus alas y lo arrastro hasta el atrio donde se encontraba Gavriʼel con el ejército rebelde ya apresado y colocados en medio, Mija-El al llegar con su líder derrotado gritó.

Mija-El: ¡jamás debieron rebelarse contra el rey!

Mija-El: ¡Elohim mi señor, se ha hecho tu voluntad!

De repente se abrieron las puertas del balcón y salieron los leones blancos, con sus ojos de color azul intenso, rodeado de llamas de fuego uno de los leones el más grande salto del balcón, abalanzándose sobre Abdón y colocando sus Patas delanteras sobre su cuerpo inmóvil rugió fuerte, en ese mismo momento sale Elohim y sin mencionar palabra alguna extendió su mano derecha sobre todos los rebeldes y comenzaron a abrirse unos huecos de bajo de cada uno de ellos, era como un remolino gris muy profundo y casi sin fin, que los llevaría directamente hasta las profundidades del Seol, el lugar que Elohim había determinado para el exilio: Mija-El tomó Abdón por sus alas y lo tiró en uno de los remolinos que se encontraba a sus pies y le dijo:

Mija-El: Abdón mira mi espada y lee su inscripción [la cual estaba iluminada] ¡dime! ¿Qué lees?

Abdón: quien es como Elohim. - Respondió -

En ese mismo instante que leyó la inscripción fue arrojado del reino, mientras descendía por el remolino su apariencia de hermosura fue desapareciendo, sus alas empezaron a quemarse, empezó a perder la gran parte de sus poderes y gritó.

Abdón: ¡Nooooooooo........

Después de esto se escuchó un estruendo, era Abdón al caer en el Seol, éste se colocó en pie después de unos minutos y vio a su alrededor un lugar lleno de fuego por todas partes; de inmediato empezó a levantar algunos de los ángeles, cuyos cuerpos estaban esparcidos en el suelo de aquel lugar y les dijo:

Abdón: este es ahora nuestro hogar, levanten a los demás y construyan un trono; éstos le construyeron un trono semejante al de Elohim, pero era de fuego y lava.

Así pasaron Abdón y su ejército de ángeles caídos; muchos cientos de años deambulando en este lugar llamado Seol.

Mientras tanto en el reino de Elohim; todo recobró su normalidad y la paz perfecta reinó durante todo este tiempo.


Rebelión Guerra Entre eternos y mortales. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora