Cap. 4

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Al día siguiente:

- Holiwis people - dije contenta.

- Hey - dice Hugo.

- Holi - dice Naira.

- Esther... ¿Me trajiste las pastillas? - dice Giselle.

- ¿Qué pastillas? - Dice Amber.

- Tía, ¿no te acuerdas que ayer me tiro el bocadillo al suelo?

- Si...

- Pues le dije que me trajera cualquier cosa que me guste, y me dijo que me iba a traer unas pastillas de menta.

En mi mente me reía por mi plan malévolo, y pervertido.

- Soy especialista en ser especial - cuando estoy con mis amigos, digo tonterías.

- Ya ya... ¿Y mis pastillas?

- As... Pesadilla - le decía mientras la sacaba de la maleta - aquí están.

- Ahí Est, te quiero - siempre decía eso cuando hacia algo que a ella le gustaba, que suele pasar una vez cada bastantes años.

Ella intento coger las pastillas pero eleve la mano más arriba ya que yo era más alta que ella.

- ¡Oye!

- En el patio.

- Venga tía, si mes las vas a dar igual...

- Traje para todos, y te lo voy a dar, en el patio, que es donde realmente te lo debo.

- Mala persona - cruzó los brazos y puso cara de regañina.

- I'm sorry.

- Entrando coño - dice Julián.

En clase;

- Director, ¿sabe donde esta la profesora Honna? - Le pregunte a mi director ya que el sabia donde estaba todo el mundo.

- Creo que esta en el aula de informática.

- Ah, gracias.

- De nada.

Fui a la sala de informática que estaba justo al lado de la mía.

Cuando abrí la puerta , vi a la mujer de las imperfecciones más perfectas y bellas del mundo... Ya estoy volviendo a flipar, ¿no?

- ¿Profesora Honna?

Ella dio un pequeño brinco, como si la hubiera asustado, parecía estar en alguna especie de trance.

- Ah, Esther dime.

- Creo que este libro es suyo. Se le cayo ayer cuando me choque con usted.

Honna se quedo horrorizada al ver el libro, no si fue por el titulo del libro, o por que era yo la que lo tenía.

Honna cogió el libro despacio, como si comprobará que de verdad hubiera un libro suyo en mis manos.

- Gra... Gracias, Esther... Pensé que lo había perdido. Buen, en realidad es de mi exmarido - lo dice como si intentara arreglar algo, cuando se que es perfectamente de ella.

- Es un buen libro, ya me lo había leído antes. Dígale a su exmarido de mi parte que tiene un buen gusto para los libros.

Digo antes como si fuera mucho tiempo, cuando fue ayer.

- ¿Enserio...? Quiero decir... Gracias.

Por lo menos ya tengo confirmado que ya no esta casada.

- Bueno, tengo que volver a clases, adiós.

- Adiós.

Su despedida sonó enérgica, como si le hubiera pasado algo bueno, pero también confusa, y a la vez decepcionada, eso ultimo no se por que sería. ¿Seria por que quería que me quedara con ella...? Esther, droga mala, te hace pensar cosas que no son.

En el patio:

- Mala persona, dame una galleta por favor - me dice Amber.

- Me llamaste puta acosadora de mierda, me llamaste pescado, ¿crees que te voy a dar una galleta?

- Pero fue de broma, ¡por favor!

- No.

- Dejen se de pelear, y ¿donde están mis pastillas?

Hay recordé me malévolo plan.

- Ahí si... Por poco me olvido. Tomad, para todos.

- ¡Bien!

- No me gustan mucho las pastillas de menta - dice Alexis

- Pues te jodes y coges una, que me compre un huevo y bien caras que me salieron - mentira.

- ¿Como defines muchas? - Dice Amber.

- Pues una bolsa con 50 pastillas.

- Yuos... ¡Mañana trae más, o no te hablo! Pero... ¿Por que compraste tantas? - Dice Giselle

- Por que tenia halla de pastillas de menta.

Halla es una palabra canaria que significa "ganas de" referido a la comida. Para la gente que no lo entienda.

- Ños, si que tenias halla.

Todos cogieron pastillas, y cuando llegue a casa, empezara la diversión, y si funciona, Honna, eres la siguiente.

Las Pastillas Amorosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora