Cap. 5

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Me asegure de que no habia nadie en casa de mi tío. Por lo visto había ido a una reunión para presentar las pastillas, hací que tenia tiempo para hacer mi malevolo plan.

Cogí mi portátil, galletas, chocolate, refresco... Me puse cómoda en una de las habitaciones de mi maravillosa y gigante planta, puse una de las mejores paginas adultas... (Ejem... Porno...) de chicas homosexuales y... Se hizo la magia... La magia del sexo.

Al día siguiente:

Estaba corriendo por la calle para llegar al colegio lo antes posible, a pesar de que no llegaba tarde. Solamente quería ver la cara que se les pondría a mis amigos al comentar lo de ayer.

- Hola mis amigos del fin hasta él fin - dije contenta y cansada a la vez de todo lo que había corrido.

- Oh Esther, cuanto tiempo - Hugo era él único que estaba sonriendo, él también llego a la misma vez q yo, solo que unos segundos antes.

Cuando mire hacia Giselle, se notaba que pasaba algo malo.

- Que pasa - pregunte.

- Nada - respondió Giselle como si de repente no hubiera pasado nada.

- Y a vosotros, todos tenéis una expresión rara - los demás no tenían cara de pena, si no de preocupación y sorpresa, ¿será por que sabiendo que sobraba flege tiempo y que sabia que él efecto de las pastillas no se iba hasta las doce y aproveche esta mañana para... Ejem... Cosas pervertidas?

A Giselle no sabia si era por eso, pero a los demás si, por que Amber y Naira se miraron después de hablar y empezaron a reírse.

Paso una semana y todos los recreos les daba una pastilla a cada uno, y como mi tío triunfo con él tema de las pastillas, hacia cada vez más. Al lunes de la semana siguiente, le conté lo de las pastillas.

Ellos admitieron que si sintieron orgasmos y todos empezamos a reírnos muy fuerte, yo me puse roja.

- Haber... Jajajajaja, haber si lo e entendido, tienes unas pastillas que no quieres decir de donde las sacastes y que gracias a ellas podemos tener orgasmos todos a la vez - dijo Julian entre risas.

- Tía que puta pasada - dice Naira.

- ¡No me vuelvas a dar de eso! - Dice Giselle .

- Ya te la tomaste jeje - dije riendome

- Te voy a... - Se levanto para pegarme y yo la esquive, luego volvió a sentarse.

- ¡Esther, mi vida! - De fondo escuche la voz de
Elisabeth, mi querida Elisabeth.

- ¡Mi amor! - Corrí a abrazarla, y siempre llamando la atención para que cierta profesora buenorra me mire... Ejem, codo codo, guiño guiño. (Si no saben, es Honna) Que haga lo que haga siempre me mira, me gusta, pero a la vez me siento acosada.

- ¿Que tal mi vida? - Dice Elisabeth riéndose.

- Bien mi amor, ¿y tu? - Le pregunte sonriente.

Después de eso dimos una pequeña vuelta por él patio y nos pusimos a hablar de cosas sin sentido alguno.

Entonces un ratito después, volví con los demás, y Elisabeth volvió con las de su curso, ya que ella era de un curso mas bajo, ella era de segundo de la Eso y yo de tercero. Lo gracioso es que a su curso le toco Honna de tutora.

Cuando volvíamos, paso algo que nunca olvidare.

- Esther... - De repente escuche la voz de un ángel caído del cielo, ¿o era un cántico sin igual? No, era todo en uno... Era... Honna.

- Di... Digamelo - dije temblando de los pies a la cabeza con él corazón a mil.

- ¿Eso que tienes son pastillas de menta?

De repente una chispa hizo que la bombilla de mi cabeza se encendiera. Se me quito hasta la vergüenza.

- Si, ¿quiere una Honna?

- Si no te importa...

Le acerque la bolsa con mucho vigor.

- Gracias, es que, me encantan las pastillas de menta, ya te devolveré él favor.

- O no Honna, no hace falta. ¿Sabe que? A mi también me encantan las las pastillas de menta - dije con una sonrisa picara.

- Bueno, gracias - dijo mientras se marchaba con una sonrisa en la cara y echandose la pastilla a la boca.

- A mi me encantan las pastillas de menta, sobre todo estas pastillas especiales... Las pastillas amorosas -dije pensando para mi mientras decía él nuevo nombre de las pastillas, y pensaba en lo que estaba apunto de hacer cuando entrara al baño, en medio de la clase de la señorita Honna. Espero que la minicámara espía funcione bien.










Las Pastillas Amorosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora