Cap. 3

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Fuera del instituto:

- Voy a llamar a mi padre y a mi madre para que no hagan planes y les digo que hoy me quedo en casa de tío Juan - mientras lo pienso los voy llamando.

Mientras voy a casa de mi tio escuchó mis canciones favoritas como "Dollhouse" o "You can't hide from us"
ya que son las que más oigo.

Mientras camino, me machaco la cabeza pensando en por que la profe Honna no dejaba de mirarme en el recreó.

- ¿Sera por lo que le dijo Hugo? ¿Por que el ultimo examen que hice le pareció un horror? No, eso siempre me pasa con su materia. ¿Por que sera? ¿Sera por... -

En ese momento, al cruzar la esquina choco con una chica sin darme cuenta.

- Hay... Perdón, no vi por donde iba... - Dije apoyada en la pared para no caerme.

Cuando se me aclara la vista vi un montón de libros en el suelo, entre ellos, los de la materia que justamente daba mi profesora Honna.

Alce la vista y pude ver a mi profesora Honna también apoya en la pared y mirándome.

- No pasa nada, yo tampoco vi por donde iba Esther.

- ¡Honna! Lo siento mucho, deje que la ayude con los libros.

Ayude a recoger sus libros del suelo, y sin querer, las dos agarramos uno de los libros a la vez, casi como si nos cogiéramos las manos.

Ambas retiramos las manos a la vez pero ella acogió el libro.

- Gracias por ayudarme Esther - dijo ella contenta.

- Era lo menos que puedo hacer después de tirarle todos los libros a la vez - dije un poco avergonzada.

- Bueno, tengo un poco de prisa, nos vemos mañana en clase - dijo mientras se iba.

- Adiós.

Cuando me disponía a caminar pise algo. Cuando vire la vista para abajo vi un libro, era uno de los libros que se le cayeron a Honna.

Lo cogí y mira para atrás a ver si veía y le devolvía el libro, pero parece que desapareció como por arte de magia.

Entonces pensé "se lo devuelvo mañana" y seguidamente mire la portada del libro.

Los ojos se me abrieron como platos al leer la portada...

- ¿Enamorada de mi alumna...?

Camine lo más rápido que pude a casa de mi tío para empezar a leer el libro sin desmarcar la página por la que ella iba.

Termine de leerme el libro erótico de Honna y me quede flipando, no solo por la historia, si no por la rapidez en la que me lo leí. Eran cuarenta malditos capítulos y me los leí en tres horas.

En ese momento me llama Giselle:

- Digamelo.

- Esther no te olvides las pastillas, golosinas, o lo que sea que me debes mañana.

lo dice por que en el patio sin querer había tirado su bocadillo y le dije que se lo devolvería con unos caramelos que le encantan a ella.

- Vale pesadilla, no me olvidaré.

- Eso espero.

Entonces estuvimos hablando casi dos horas hasta que me dijo que su móvil estaba a punto de quedarse sin batería.

Entonces fui a ver lo que estaba haciendo mi tío.

- ¿Sigues con lo de las pastillas?

- Ya e echo treinta bolsas con cincuenta pastillas en cada una.

- ¡Hostia!

Vi que todas las bolsas dentro de una caja.

- Tengo que hacer mil bolsas de aqui a tres meses.

- Justito justito, ¿no?

- No te creas, creo que me dará para hacer 6 más.

- Eso esta bastante bien.

Empiezo hablar con el y a intentar coger una de las bolsas mientras esta ocupado haciendo las demás con la maquina esa gigante que tiene.

Finalmente consigo coger una de las bolsas.

- Bueno, voy a bajo. Creo que a Giselle ya se le abra cargado el móvil.

-Esta bien, yo sigo trabajando si me necesitas.

Baje las escaleras lo más rápido que pude.

- Giselle, ya tengo tus pastillas... - Le dije por el teléfono.



Las Pastillas Amorosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora