Después

48.7K 456 5
                                    

Me pidió ducharse antes de irse.

Luego se vistió y se marchó, con un último beso y un gracias, todo correcto, pero nada más.

Por un lado me alegró, porque no me apetecía dormir acompañado esta noche y menos con un desconocido. Pero el polvo no había estado mal y no me hubiera importado volver a verle. Tampoco le dije nada yo. Pero era un golpe a mi autoestima. Aunque yo no quisiera verle de nuevo, quería que a él si le apetecería.

Entré al baño para mear antes de acostarme.

Y mientras tiraba de la cadena, empecé a reírme: había escrito su número de teléfono en el vaho de la puerta de la ducha.











Autor: Lawrence Schimel.

Cuentos homoeroticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora