Capítulo IV

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-El trabajo que tomare en cuenta para este segundo parcial es el siguiente - El grupo parecía más animado, tal vez porque tenían esperanza de aprobar ahora.

Evan me miró con esos ojos que te dicen mucho, sentí el nudo en la garganta, noté que mis manos sudaban y que poco a poco respiraba con más dificultad. Parpade y baje la cabeza para enfocarme en la libreta. Tenia ganas de gritar y llorar amargamente, de pedirle que dejará de hacer lo que hacía, que dejará de mirarme de ese modo, porque no quería pecar, no quería destruir la vida de su familia, no quería ser lo que tanto odiba de los padres infieles. Quizá a el no le importaba pero a mi si, para mi era reprobatorio y no iba a ceder.

-Ahora quiero una carpeta color rojo con los siguientes aspectos - Todos copiamos tal cual el dictaba y por primera vez todos preguntaban, nadie quería quedarse con duda de algo.

Yo solo escuche, gracias a las preguntas de ellos yo también me informe, por lo tanto no hubo necesidad de alzar la mano y tener que hablarle.

La clase paso lento, mucha teoría por el día de hoy, entre que es la hidrodinamica y la hidroestatica pude llevar una clase normal, tomando apuntes y olvidando que tan importante era está clase para mi corazón.

-Ya pueden revisar sus calificaciones en la pagina de la escuela, ya las subí al sistema - Visualizo todo el aula. -Pueden retirarse - Se quedo ahí parado, observando cómo el alumnado se hacía menos, las chicas se despedían de el y los alumnos también pero con menos entusiasmo, yo guardaba mis cosas en la mochila y Raiven me platicaba sobre sus travesías en Australia el año pasado.
Nos dispusimos a irnos, pero Evan lo impidió.

-Señorita Torres - Dijo antes de que yo saliera.

-Te esperare en la cafetería - Raiven dijo un poco seria y me Apretó el hombro. Yo se que a ella le parecía un poco cruel por parte de Evan que me llamara solo a veces y que la mayor parte de esas veces yo tuviera que desahogarme en su hombro.

No se con que barbaridad me saldría ahora pero me preocupaba lo que me iba a decir.

-Siéntese Esmeralda - se giro hacia su escritorio y me señalo uno de los asientos.

-Así estoy bien. ¿Que sucede? - Lo que sea que fuera a decirme quería que lo hiciera ya, y que se dejará de tanta espera.

-Bien- Se giro hacia mi -Necesito más interés por su parte para el próximo parcial -Sonrió levemente.

¿Que?

-Si, eso lo se, lo de esta vez fue a causa de una distracción - dije entre dientes. Él era esa distracción.

-Hay distracciones que son buenas, te relajan y alejan de la triste realidad, solo hay que saber sobrellevarlas- Me miró fijamente.

-Señor ¿me ha pedido que me quede solo para eso?- Había confusión en mi semblante.

-¿hay algo malo en esto? Solo estoy dándole un consejo-

No tengo ni la menor idea de que prentendia ¿porque ese consejo tan sospechoso?
Necesitaba que el me dijera muchas cosas, pero no esas, sabía mi condición en su materia, sabía que estaba pérdida y que jamás pasaría, pero... ¿Un consejo? de haberlo requerido le preguntaría a mi madre.

-Yo se que debo esforzarme más, no necesito que usted me lo diga- Me cruze de brazos.

El frunció el ceño formando una arruga en su frente que le Hacía parecer con más edad, y su mirada castaña se vuelve clara y brillante.

-Señorita no sea dramática, solo es un consejo- Negó con la cabeza.

-En realidad lo que me pone así no es el consejo, sino su forma de aconsejarme-

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