Capítulo VI

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-Recuerdo la primera vez que aborde su Lincoln negra- Aquello salio de mi boca como un bostezo. Después de haberlo dicho me percate de lo que realmente había dicho y no sabia lo que pasaría después.

-Oh si, ese día no lo olvidare nunca. Usted trataba de deshacerse de mi y yo moría porque subiera a mi coche, lo intente tantas veces que aquella vez eleve casi una oración al cielo para que la lluvia no cesará y usted aceptará- Tenia una sonrisa tierna.

-Ha decir verdad yo quería al menos un roce con usted y ese día en verdad quería aceptar pero no lo conocía bien y había algo de desconfianza en mi -

-Y con mucha razón, soy su profesor, y no debería ofrecerle eso a una alumna, pero con usted fue diferente; aunque no dejo de sentirme estúpido por la gran decepción que se llevó aquella tarde- su voz se opaco, fue en descenso como el final de una melodía.

El silencio volvió a invadir nuestro momento.

-Esa tarde mi corazón sonó tal cual la palabra ¡crush! Me convenci de olvidar la idea de un tal vez entre usted y yo, pero sucedió que a la mañana siguiente que su clase comenzó...el castillo de oro que yo misma me construí y un día antes se había desmoronado como el muro de Berlín, volvió a aparecer -

-Ya no mas corazones rotos pequeña, ahora estoy dispuesto a todo- Su ceño estaba unido.

-Que hay de...-

-Ese asunto es solo mio, ya veré como decirselo -

Antes de que primunciara la palabra completa el me interrumpió.

-Pero ahora es también mi asunto, porque yo seré parte de su vida. Necesitamos trabajar en eso. Le pido que no me haga menos en esto; si no que por lo contrario me informe de lo que hará- Sonó más a súplica que ha orden.

Lo pensó un segundo.

-Solo lo más importante - Propuso.

-Podemos empezar por ahí, de lo demás me encargo yo - Sonreí pícara.

-Me gusta como piensa-

En silencio disfrute de él.
Cuando me di cuanta ya estábamos estacionados fuera de mi casa.

-Gracias señor Smith-

-Mañana pasare por usted -

-Ya quiero que sea mañana entonces - Una sonrisa se dibujo en mis labios.

-Podemos adelantarnos. La invito a almorzar - dijo entusiasmado.

-Gracias por la invitación señor, pero mi profesor de física me ha dejado muchas tareas - Vacile.

-Ese hombre debe ser malo y egoísta- Noté un poco de frialdad con el mismo.

-Malo y egoísta y al mismo tiempo bueno y noble con los que el considera-

Soltó una risa de sarcasmo al tiempo que miró el parabrisa y mordiendo su labio inferior bajo la cabeza

-Eres muy ingenua- Volvió el rostro para verme y encontrarse con una Esmeralda molesta.

-¿A caso me llamo ingenua?-

-La palabra correcta es inocente. Usted es sumamente inocente y seria un crimen que alguien le arrebatara cruelmente esa virtud que en la actualidad muy pocos tienen, si no es que ninguno- Me miraba mientras se frotaba el menton.

-Soy inocente, pero eso no significa que las cualidades, defectos y afectos las desconsidere, son importantes para mi, pero hay personas como usted que no me causan inquietud como para alejarme; si no que por el contrario... Amo estar con usted-

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