This is my story

Capítulo 8

Ayer me quede pensando en lo ocurrido con Matt, casi no he podido dormir por culpa de eso.

Pensar que pude llegar a besar a alguien sin conocerlo es algo humillante para mi. Simplemente no pude controlar mis impulsos y esos ojos verdes...dios, esos ojos ayudaron a sumergirme en su trance.

Que yo recuerde nunca he tenido novio. Me da miedo no ser suficientemente buena para él, me da miedo no gustarle, me da miedo perderlo, pero de todo eso lo que mas miedo me da es ser solo un juego.

Las madres enseñan a sus hijas a ser fuertes, les enseñan las cosas con las que hay que tener cuidado en el amor, les enseñan a madurar. En cambio cuando yo tuve esa madre el mundo me la arrebató. Desde pequeña he aprendido a cuidarme sola, nadie estuvo ahí el día de mi graduación, nadie estuvo ahí en los días que mi cuerpo, por así decirlo, cambió. En esos momentos en los que tienes problemas y necesitas una chica que te comprenda, nadie estuvo ahí. No niego que Jake no me haya ayudado, solo digo que me hubiera gustado tener una figura femenina a la que tomar como ejemplo.

Hoy es uno de los días mas horribles para mi, odio con todo mi alma este día. Patearía al que lo inventó.

Para los que no lo sepáis, hoy es el "Dia del padre".

Acabo de descubrir que en este instituto el día del padre se celebra a lo grande. Todos traen a sus padres al instituto y les enseñan sus clases aparte de pasar toda la mañana con ellos

Y por esa sencilla razón ahora me encuentro sentada en las gradas del campo de fútbol, rodeada por alumnos de todas las clases y sus familiares.

Genial.... como yo tengo un padre al que felicitar y querer...

-Señorita Prescott -habló la profesora de literatura por el micrófono logrando sacarme de mis pensamientos- Acuda al centro del campo.

Baje con rapidez las escaleras y me coloqué con vergüenza en el centro del estadio junto a la profesora

-¿Podría usted decir unas palabras por el día del padre? -dijo aun con el micrófono en mano

-Profesora yo...

-No quiero escusas, solo hable, ya le diré si esta bien o mal -dijo firme.

-Deacuardo...

Tranquila Addy lo harás bien.

Me subí al pequeño letrado central y me dispuse a hablar.

-Ajam...Bueno...Hoy día del padre...no...Quería felici...tampoco así... -de haber sabido que iban a sacarme a hablar me hubiera preparado algunas palabras-. Veamos me dedicare solo a contarles la verdad, MI verdad. Yo nunca fui la nena de papi o la princesita de papa como algunas otras personas, nunca fui nada para él -esto estaba siendo bastante duro para mi- por eso cuando alguien intenta mostrame afecto no se como reaccionar. Siempre acabo alejando a la gente de mi misma porque mi padre fue el primer hombre en romper mi corazón.- notaba como mi garganta se hacia un nudo-. Tampoco creo que alguien sea leal porque la lealtad fue algo que nunca me demostraron. Por lo tanto no creo que pueda confiar del todo en una relación, porque el primer hombre que no debía lastimarme fue el primero que lo hizo. Desde aquí os deseo a todos un feliz día del padre, enserio disfrutar de ellos no sabéis el vacío que se siente al no tener uno. Gracias. -finalize y me fui del campo.

Oí pasos detrás de mi pero me resigne a girarme, ya sabia quien era

•MATT•

Vi como Addeline salia por la puerta principal y la seguí, necesitaba hablar con ella.

Corrí por los pasillos intentando mantener su ritmo. Parecía estar a punto de llorar. Su discurso me dejo muchas dudas sobre su vida, yo creía que lo conocía todo.

Ella entro al baño de mujeres. Intenté empujar la puerta pero no se abrió, parecía atrancada.

-¿Addeline? -grite esperando que me contestase

-Vete Matt no quiero hablar -respondio

De nuevo intente empujar la puerta pero no pude.

Escuche llantos al otro lado. Demonios esto no me gustaba

-Habre Addy, quiero hablar, solo eso.

-No -volvio a responder

Al parecer era su cuerpo el que impedía que abriera la puerta. Ella estaba sentada en el suelo, podía sentir su respiración incontrolada chocar contra la madera.

Me senté al igual que ella. Apoyé mi cabeza contra la puerta y me quede con las rodillas encogidas.

-Escucha, no quiero ser curioso pero esas palabras me han dejado un poco desconcertado. Pensaba que lo sabia todo de ti, que tu capa de chica dura era solo una fachada sin sentido. - empecé a decir-. Cuando te vi por primera vez pensé: vaya que chica mas linda; pero jamas pensé que me podrías dejar con un pie vendado por tu tan rara fuerza sobrehumana- escuche una risa

Genial, estaba funcionando

-Con uno vendado y el otro a punto de morir -corrigio ella

-Si... -reí-. Esa vez en la que te metí en ese castillo...yo nunca había echo eso por alguien ¿sabes?, pero tu estabas tan empeñada en no quedar que me dieron mas ganas de tener esa "cita"-hice comillas con los dedos aunque ella no lo viese-. Lo siento por lo de ayer, por casi besarte, por eso y por el casi beso del otro día. No se que me pasa

-Tu novia no te da amor, eso es lo que pasa -rió. Su risa era como el canto de unos ángeles, creo que jamás me cansaría de escucharla.

-Puede ser, ella esta demasiado ocupada entrenando con el club de las animadoras -aunque eso era cierto me daba igual que no pasara tiempo conmigo. Yo no estaba enamorado de ella, jamas los estuve. Simplemente salgo con ella por pena...una larga historia que no me apetece contar.- ¿Que te parece si sales de ahí y nos vamos a tomar un helado? -pregunte

-¿Que tal si me llevas a comer una hamburguesa?

-Pero eso engorda

-¿Me estas llamando gorda? -respondio a la ofensiva

-No, esque es raro que una chica quiera comer comida basura

-Pues es raro que un chico piense en no engordar

-Solo lo dije para informarte, ogro

La puerta del baño se abrió inesperadamente y yo caí de espaldas logrando darme un golpe contra el suelo

-¡Auch! -me rasque la nuca esperando que así desapareciera el dolor

-Vamos no fue para tanto

-¿Sabes? desde aquí abajo tengo muy buenas vistas -la mire con cara de pervertido

-¿Sabes? Desde aquí arriba tengo buen ángulo para pisarte la cara -dijo con los brazos cruzados

Me levante con cuidado de no volverme a caer. Todo estaba borroso y se movía. De repente se me vino una idea a la mente

-Olvida las Hamburguesas, te llevare a otro sitio -añadi recordando aquel lugar

-Pero yo quiero hamburguesas -infló sus mofletes

-De acuerdo iremos a comprarlas -me rendí-. Pero luego te llevare a otro lado

-Wíííí -celebró mientras daba saltitos.

Se veía tan adorable de ese modo.