Capítulo 11.

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Me enamoré de su mirada.
De la forma que tenía de mirar 
con esos ojos cafés.

Constantemente me observaba y yo a él, me gustaba mirarlo, era como revivir, por un momento mis problemas se desvanecían de mi mente al estar con él y me sentía querida, realmente amada, que valía la pena quedarme. Pero sabía que no podía arriesgar nuestra amistad, por algo tan estúpido como el amor. Supongo que eso ya era demasiado tarde.

Su mirada, sus ojos cafés y esa sonrisa que me deslumbraba con solo verla.


Ya no tenía porque ocultarlo, era más que real, esto es amor.

¡Dios!, Lo quiero, yo... Lo amo.



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