[EDITADO]
— preguntas y más preguntas —
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En el camino a casa, el silencio se hizo presente, nadie se atrevía a decir nada, ni siquiera el hiperactivo rubio era capas de cambiar aquella atmósfera tan deprimente, no importara cuantas veces repitiera "todo saldrá bien" o "de seguro las cosas volverán a ser como antes" en su rostro se reflejaba la misma depresión que los demás.
Mientras tanto en el hospital, kaori observaba la ventana por la cual entraba una luz tenue, recostada en el espaldar de la camilla, poco a poco sus ojos se cerraban.
(...)
La joven furukawa se quejaba del molesto fino rayo de luz que cruzaba por la ventana golpeando su rostro aún adormilado, preguntándose para sus adentro el porque no recordó cerrar las cortinas la noche anterior. Se sentó en la camilla frotando su ojo derecho — hmm — sonrió de medio lado al oír el cantar de los pájaros cada vez que cruzaban una y otra vez cerca a la ventana — que hermoso día — comentó una vez despertó del todo.
Se oyó un golpe en la puerta — ¿hm? ¡adelante! — dijo girando su vista en dirección a esta, la puerta se abrió dejando ver de paso a la enfermera que traía una bandeja con el desayuno de la joven paciente — ¡ah! ¡Se ve delicioso! — comentó observando aquel platillo. Agradeció por la comida y seguido llevó los palillos a su boca, saboreaba cada bocado que daba, pues bien sabía que la comida en el hospital era deliciosa pero aún así no dejaban de sorprenderla. Una vez terminado su desayuno, kaori observaba una vez más por ventana, pues la programación en la televisión no la entretenía en nada, pensaba en que sucedería luego de salir del hospital ¿recordaría algo? O ¿tal vez a alguien? — Tks, me duele la cabeza — pensaba mientras la sujetaba con sus dos manos.
Nuevamente golpearon a la puerta pero esta vez entró el doctor — tienes visitas — dijo sonriendo a la paciente y luego se apartó de la entrada dándole paso a la familia furukawa. La madre no esperó ni dos segundos y se abalanzó sobré su indefensa hija, mientras su padre y hermano observaban la escena divertidos al ver como su madre y esposa (minako) dejaba sin oxígeno los pulmones de la joven.
La madre contaba emocionada la gran noticia que tenía para su hija, mientras la mejillas de Kaori tomaban su color carmesí original (ya que estaban moradas por la falta de oxígeno) — ¡adivina! — le dijo la madre, a lo que la joven sólo la observaba atenta — ¡Te darán de alta hija! — le dijo y una vez más se abalanzó sobre ella abrazándola, Kaori del mismo modo emocionada corresponde el abrazo, por fin podría salir de aquel lugar (aunque no le desagradaba) por fin luego de 4 días que parecieron una eternidad para ella. Luego de separarse de su abrazo, Kaori sonrió alegre a su familia, y quienes de la misma manera sonrieron de regreso a su hija y hermana.
Y como dijo su madre, esa misma tarde salió del hospital, pero, no antes de una charla con el amable docto que cuidó de ella. Se encontraban en el consultorio, la joven Kaori observaba a el doctor mientras que este ya tenía una idea de las miles de dudas que tenía su aun paciente (ya que volvería cada semana) — ¿por que no me lo dijo antes? — le preguntaba a el doctor.
— lamento en no habértelo dicho anteriormente, se que como doctor fui descuidado, pero no era algo que lo pudiera tomar a la ligera — hizo una pausa — pero .. estabas en un estado delicado, no podía mencionar algo así en ese momento — la joven agachó su cabeza, entendía perfectamente, el doctor solo quería evitar que el dolor fuera aún mayor.
— quisiera saber algo más — levantó su cabeza y nuevamente observó al doctor que esperaba su pregunta paciente y atento — ¿como llegue aquí? — el doctor levantó sus cejas Levemente
— fueron unos jóvenes, se podría decir que de tu edad. Aunque el más preocupado era .. Bueno no sabría decirte con exactitud su apariencia, ya que no lo recuerdo en si. Pero te traía en brazos y gritaba desesperado: - ¡Una Camilla! ¡Por favor una camilla! - En el momento en el que les di el diagnóstico de tu estado, el .. Simplemente se dejó caer en el asiento tratando de contener sus lágrimas — la chica escuchó atenta cada palabra que le dijo el doctor, y ahora teniendo más curiosidad que antes, pero ahora era por el "misterioso chico que salvo su vida"
Y que tal vez ahora le llame ¿héroe?La joven salió del consultorio, y luego de despedirse de el doctor se dirigió a la sala de espera en donde su familia se encontraba, sonrieron alegres de oreja a oreja al ver a la figura femenina de kaori acercarse a ellos — ¿vamos? — preguntó y les dedicó una sonrisa (aunque algo forzada) asintieron todos y seguidos por ella salieron del hospital.
Al llegar a casa, Kaori observaba cada detalle de esta: desde los pequeños detalles hasta los cuadros y muebles incluso. Era igual que el primer día en el que la vio; era bonita y acogedora, pero todo nuevo para ella. Subió a su cuarto y se tendió en la cama, en verdad estaba agotada, ni siquiera se tomó la molestia de curiosear su propia alcoba y tal vez, sólo tal vez encontrar aunque sea el más mínimo indicio para que así poco a poco le ayudara a sacar algunas de sus dudas.
Cerro sus ojos con lentitud, pero no tardó en abrirlos nuevamente al oír primero tres golpes seguidos y luego el rechinar de la puerta al abrirse, dirigió su mirada a la puerta encontrándose con la figura de su madre en la abertura de esta — perdona ¿te desperté? — se disculpó la madre a lo que Kaori simplemente negó con la cabeza — bien, la cena esta lista — aviso a su hija quien todavía se encontraba recostada en su cama.
— si, iré en un segundo — minako sonrió amable a su hija y luego de un "te esperamos abajo" cerro la puerta detrás de si dejando nuevamente sola a la joven furukawa en su cuarto.
Su estómago empezó a gruñir pidiendo comida y así llenando el silencio de la habitación. Dio un suspiro y colocó su mano en su estómago, se levantó con dificultad de su cómoda cama, se colocó las pantuflas y se dirigió al comedor en donde la esperaba listos para cenar nuevamente en familia.